A cinco meses de la designación de la ciudad que organizará los Juegos olímpicos de invierno de 2018, Annecy recibe esta semana a los inspectores del Comité olímpico internacional. La candidata francesa, que tiene como rivales a Munich (Alemania) y Pyeongchang (Corea del Sur), espera convencer gracias a la calidad de sus instalaciones y a la movilización de las autoridades.
Hasta hace unos días, la candidatura de Annecy a la organización de los Juegos olímpicos de invierno de 2018 parecía condenada al fracaso. A la modestia de su presupuesto, inferior al de sus principales rivales, se sumó en diciembre pasado un conflicto interno que acabó con la dimisión del presidente del comité de organización, Edgar Grospiron. El ex campeón de esquí acrobático fue reemplazado, tras múltiples polémicas, por el empresario Charles Beigbeder, que recién acabó de reorganizar el equipo una semana antes de la visita de los inspectores del COI.
A pesar de estas dificultades, los organizadores se muestran optimistas. En los últimos días, han conseguido movilizar a varios deportistas de renombre en torno al proyecto de candidatura, como los ex esquiadores Pernilla Wiberg y Jean-Pierre Vidal, y han contratado a especialistas en materia de lobby para mejorar el posicionamiento del proyecto. Pero sobre todo cuentan esta semana con la movilización masiva del gobierno francés. Tras el Primer ministro François Fillon, presente este martes en la recepción de la delegación del Comité olímpico internacional, todos los ministros importantes se han comprometido a participar en alguna de la visitas programadas. Y el propio presidente Nicolas Sarkozy se desplazará el viernes para confirmar el compromiso del estado con el proyecto Annecy 2018...
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