¿El Perú avanza?

Es un día cualquiera de la semana, con el cielo nublado y el sol tratando de inmiscuirse entre las nubes para salir del escondite y entregarles algo de calor a Candelaria Rocha Cuello (32) y a Mario Muños Urbano (46), pobladores del AAHH. Los Ángeles de la Paz-Yanama. Por cosas fortuitas de la vida llegaron a Yanama con el objetivo que tiene muchos campesinos: encontrar oportunidades.

Candelaria Rocha nació en Chuschi; a los 16 años tuvo su primer hijo, hoy tiene tres hijos más de 13, 6 y 2 años, y uno en camino. “Llegué a Ayacucho hace 20 años, viví en Santa Elena con mis hijos, hace 5 años recién estoy en Yanama”.

Candelaria Rocha nos cuenta que se dedica al cuidado de sus hijos y a las labores en su pequeña casa de adobe. “Joven –me dice Candelaria algo tímida- usted que va a escribir haga saber a las autoridades que nosotros somos personas, nos tratan como cualquier cosa. No tenemos agua. Tenemos que traer agua en carretilla desde el riachuelo que se encuentra lejos”. El riachuelo al que se hace referencia se encuentra aproximadamente a 10 cuadras de la vivienda de Candelaria. El agua que usan para preparar sus alimentos se encuentra contaminada de excrementos y desechos.

Mientras conversamos, Mario Muños Urbano interviene inmediatamente: “No sé dónde se hará su trabajo el gobierno, dónde hace la mejora el gobierno, dicen que el Perú crece que hay más trabajo, pero nosotros no recibimos nada”.

Mario Muños llegó hace 4 años a Yanama, creyendo ilusamente como muchos que llegar a la ciudad es la mejor opción de salir adelante. “En estos años escuchaba en la radio que en la ciudad las cosas eran diferentes que sí había progreso, por eso vine, como en el campo no había nada de lo que decían llegué a Ayacucho”.

Nos cuenta que dejó su terrenito en Quimbiri–Cusco, y se dedica a trabajos como cosechar papa y fabricar adobes. Aclarando que son esporádicos. “Tenemos que buscar para mantenernos, no hay apoyo para la gente del campo. Las autoridades sólo vienen para que votemos por ellos, cuando ganan ya no vienen”

Al igual que Candelaria y Mario muchas personas subsisten de las siembras que realizan cada cierto tiempo y de los trabajos que puedan conseguir “No nos pagan mucho, a veces, al día, se consigue 3 ó 5 soles, si hay mas trabajito podemos llegar hasta 10 soles, pero son raras veces joven” termina aseverando ante la mirada, algo desencajada, de su hija de dos años y ante el movimiento de aquel bebe que dentro de pocos días llegará ha ocupar parte de la pequeña casa de Candelaria Rocha.

En los últimos 4 años el Gobierno Aprista se ha encargado de ventilar por todos los lados posibles –no solo nacionales, sino internacional- que la pobreza ha disminuido; que la “gran bonaza económica” que vive el Perú es factor primordial para que el porcentaje de los pobres vaya descendiendo año tras año. Esto en sí es algo que sólo los apristas lo creen.

El primer discurso de Alan García, dado el 28 de julio de 2006, estuvo cargado de promesas que se convirtieron hasta el día de hoy en simple demagogia. Respecto a la pobreza García Pérez propuso lo siguiente: 1) “El gas es una enorme oportunidad, convocaremos a las empresas a una mesa de renegociación del contrato que nos permita reducir los precios en los hogares” Hoy el balón de gas se vende entre 32 y 33 soles. ¿Ha reducidos los precios?. 2) “En los próximos años se crearan 300,000 empleos con Sierra Exportadora” ¿Dónde labora Sierra Exportadora?. 3) “Hago una invocación a los empresarios mineros para que nos ayuden a superar la catastrófica situación en que viven 13 millones de peruanos” García creo el Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo, sin embargo las mineras sólo han contribuido a la contaminación de nuestra vida: el agua...

Estas son algunas demagogias del gobierno apristas que hoy quieren mostrar al mundo cómo la pobreza viene disminuyendo. Sin embargo esta cápsula creada por los apristas se viene abajo ante las principales conclusiones de la economista del Instituto de Estudios Peruanos, Carolina Trivelli, quien sostiene en su estudio que el 43% de los pobres vive en la sierra rural, y que la principal fuente de ingreso del 40% más pobre de la población es la agricultura. Trivelli dice “que una agricultura peruana, que vive en una zona rural y que además tiene ascendencia indígena, tiene menos probabilidades de salir de la pobreza que otra peruana que vive en Lima”. La diferencia, según manifiesta Trivelli en su estudio no tiene que ver con el esfuerzo personal, sino conque una peruana que vive en el campo tiene menos de casi todo: menos servicios públicos, menos servicios privados, menos mercado, menos instituciones, menos información, etc. Y por si fuera poco, también enfrentan la discriminación. Al respecto Eva Bautista hace un análisis en Lo cholo y el racismo en Perú. “En Perú, al contrario que en otros países, las víctimas del racismo son la mayoría. El racismo se da hacia los que tienen menos rasgos extranjeros. Cuanto más parecidos son a los que serían los primeros pobladores del Perú, más racismo les sobreviene”.

A pesar de la mejora económica de nuestro país que en el 2008 creció un 10%, la pobreza se acrecienta, pues 1,200.000 peruanos se sumaron al grupo que se encuentra olvidado por el estado. La pobreza no va desaparecer por firmar TLC a montón, tampoco por incrementar el presupuesto al programa Juntos o crear otros similares sino se coge el problema de raíz. Lo que se necesita, en primer lugar, es reconocer que nuestro país es multicultural y, segundo, tener voluntad política.

No esperemos que entre los peruanos surja un Augusto Pinochet (Chile) y tenga la idea de exterminar a los peruanos menos favorecidos (los pobres).

Fsb//chichu

10/02/11

05:45