Sábado 18 de mayo 2024 | Contáctenos
Algas de Japón, hojaldres búlgaros, quesos de los Alpes, pelmeni rusos, lemongrass de Tailandia, té blanco de Fujian (China), cervezas belgas, chorizos criollos argentinos, tahini de Marruecos, fruta del dragón de Vietnam... Cualquiera de estos productos exóticos se pueden encontrar en tiendas especializadas de Barcelona. En los últimos tres años este tipo de negocios proliferan en respuesta a la demanda de inmigrantes asentados en la ciudad y a la tendencia gastronómica de experimentar con nuevos sabores.
La mayoría de estas tiendas son propiedad de extranjeros que no quieren perder el vínculo con su tierra de origen, inmigrantes que buscan satisfacer las costumbres culinarias de su comunidad y que ven una oportunidad de labrarse un futuro. El camino no es fácil y para amortizar la inversión muchos de estos establecimientos, sobre todo los asiáticos y árabes, funcionan con poco personal y horarios maratonianos, incluido los festivos. La excepción son los puestos de los mercados que se deben ceñir a los días de descanso ya pactados.
Mikhaela Mikhaylova llegó hace 10 años de Sofía para cursar un máster de fotografía en la Universitat Autònoma de Barcelona. La añoranza de las tradicionales recetas búlgaras de su abuela la animó a inaugurar la pastelería Bànitsa (Diputació, 188), el templo de los pastelitos con setas y rúcula o de calabaza, nueces y canela, confituras de pétalos de rosa y de vishna (cereza un poco ácida) y miel de resina de pino y el cremoso yogur. «Es un proyecto personal. Bulgaria es un gran desconocido en Barcelona», opina.
RITUAL RELIGIOSO / El sacrificio halal, que sigue el ritual islámico, se diferencia en que no hay aturdimiento previo del animal, que muere de cara a la Meca. Según Rachid El Jasquouri, uno de los propietarios de Carns
Annur, de esta forma el ternero, el cordero o la cabra sangran mejor, «con lo que la carne es más blanca». Su céntrico local congrega sobre todo a árabes, aunque los clientes catalanes cada vez son más. «Ofrecemos ternera de calidad a precios asequibles», asegura. En invierno, aumenta la venta de corazón, tripa, cabezas y lenguas para sopas marroquís.
La carne para barbacoas es el reclamo de las tiendas Delicatessen Argentina (plaza del Doctor Letamendi, 24, y Santaló, 144). David Parrado, socio del negocio, distribuye ternera refrigerada de la raza Angus procedente de la Pampa. «Es muy sabrosa. Solo hace falta un poco de sal». En el corte argentino, la fibra se rompe de otra manera. «Los catalanes se están aficionando a las barbacoas», afirma.
Cervezas, quesos y chocolates son la estrella de La Maison Belge (Montseny, 17). Cédric Geluk, el dueño, dice que la cerveza acapara el 95% de la venta. «Todos los aficionados saben que ningún otro país tiene un patrimonio tan rico como Bélgica. Hay más de 900 clases de cerveza».
elperiodico
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