Lunes 05 de mayo 2025 | Contáctenos
"Es lo que he hecho toda mi vida: ser personas que no soy yo". Se trata de algo que a Elena Anaya se le da mejor que bien. Tras 14 años en la gran pantalla, la actriz, más guapa que nunca, está viviendo su momento más dulce. Ha conseguido una nominación al Goya a mejor actriz por su papel en Habitación en Roma, y ahora vuelve a trabajar para Almodóvar junto a Antonio Banderas en La piel que habito. Elena es una chica menuda, delgadita pero con una belleza fuera de lo común. Tiene algo especial, algo que ha cautivado a todos los directores que han trabajado con ella en sus más de 24 interpretaciones en películas.
Considera que a lo largo de su carrera ha tenido grandes golpes de suerte, no obstante, el trabajo y su talento natural también han tenido que ver. "Al principio si tienes 18 años y te llaman lo achacas a la suerte. Cuando son 35 años teniendo suerte, piensas que no es sólo eso".
Celosa de su intimidad, no se considera una persona perseguida por los medios, sino simplemente popular. "La popularidad es la gente que ves por la calle y te conoce, que es agradable y discreta". La actriz además afirma que si no se arregla, nadie la reconoce; algo que aprovecha para hacer cosas como ir en metro.
En la entrevista que ha concedido a la revista Glamour confiesa que su cuerpo no es su centro de atención, de hecho considera que no le obsesiona en absoluto. Es de complexión delgada, pero matiza: "Me encuentro bien, me siento sana y fuerte, y me ocupo de que eso esté así".
Además, a Elena le encanta la versatilidad de su físico. Asegura que le encanta tanto no tener el look más favorecedor en las películas, como salir guapa y sofisticada o ser una persona normal.
Fuente: Europapress
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