Alejandro Toledo: Confesión sincera

Confesión Sincera21 de febrero de 2011

El giro que van tomando los cables de la embajada de los Estados Unidos en Lima difundidos por  WikiLeaks, devuelve a muchos a lo que fue ese angustioso escenario de revelaciones sistemáticas ofrecidas por los “vladivideos” hace diez años. Por eso los humalistas señalan en las redes cibernéticas, con bastante razón, que la residencia diplomática de Santa Beatriz es semejante ahora a la famosa salita del SIN donde fueron filmados innumerables políticos, empresarios, jueces y periodistas solícitos con el ex asesor. Claro que la comparación no alcanza los extremos punibles a los cuales llegaron muchos de los visitantes de Montesinos (una década después, todavía faltan saber de algunos vivos y vivas que escaparon a las pesquisas) ni alude a conversaciones mafiosas. Sólo está referida a la preocupación que en este momento deben sentir quienes se fueron de boca ante los embajadores James Curtis Strubble y Michael McKinley, y cuyos nombres pueden estar consignados en los famosos WikiLeaks.En esa línea, la controversia creada por Ollanta Humala respecto a la presunta intervención de Alejandro Toledo para impedir su triunfo en las elecciones generales 2006, estuvo mal orientada pero no por eso diametralmente equivocada. Queda en el tintero la cercanía o lejanía del ex ministro Fernando Rospigliosi del entorno de Toledo al momento de su insólita propuesta de una política de comunicación norteamericana contra Humala.Pero una verdad monda y lironda es que el otro interlocutor, el ex director de Defensa Nacional Rubén Vargas, sí milita ahora en Perú Posible. Vargas es miembro del equipo de Plan de Gobierno de Toledo. Y eso vincula su gestión aparentemente privada – a nombre de la ONG Capital Humano Social – al proyecto político del cual forma parte. Dicha gestión, ¿acaso no fue examinada, tamizada, procesada y digerida por los dirigentes? Y si la desconocían, como afirma el jefe de campaña de PP, ¿dejarán pasar el tiempo para que la gente lo olvide, identificándose con Vargas, o tomarán medidas para alejarlo de la campaña?Son interrogantes válidas y necesarias de responder, sin aspavientos ni rasgándose de vestiduras. Aquí sigo sosteniendo que el tema de los WikiLeaks se ha vuelto sustantivo para Toledo porque fue el propio candidato quien lo llevó como tema central de conversación a la embajadora Rose M. Likins, cuando a todos decía que buscaba esclarecer lo de la denuncia de Caretas y los supuestos vínculos de PP con el narcotráfico.Toledo sabe y muy bien que hay WikiLeaks graves para él. No son reportes de opinión como lo del “ego colosal” de Alan García o la “mirada paranoica” de Humala. Ha hecho trascender su molestia por los contenidos testimoniales y Lima es tan chica que todo se llega a conocer. Bien valdría entonces que el señor candidato Toledo Manrique anticipe los mismos. Que haga una especie de confesión sincera en vez de procurar la no divulgación de sus WikiLeaks sensibles. Tiene 43 días de campaña en primera vuelta y luego pocas semanas para la segunda (¿alguién duda que la habrá?). No es conveniente para él que los reportes de la embajada de los EE.UU. le estallen en la cara.