Fue la aparición pública más formal del dictador desde que estalló la rebelión en su contra. Se rodeó de funcionarios y un grupo pequeño de enardecidos partidarios para dar su discurso en un edificio gubernamental de Trípoli. La excusa fue el 34º aniversario de la "Declaración de Sabha". Desde el 2 de marzo de 1977, Libia se rotula oficialmente como "Yamahiriya", un término árabe que suele traducirse como "Poder de Masas". Su fundamentos teóricos originales, alejados de la práctica posterior, fueron la democracia directa y la moral islámica.
Ese fue, precisamente, uno de los ejes de la alocución de Khadafi. Insistió en que él no es presidente ni tiene el poder, sino que "ejerzo hace 34 años la democracia directa" en la que "el pueblo libio es libre de ejercer su propia autoridad". Sostuvo que "la gente está deseosa de morir por mí" y que "el mundo entero sabe que el pueblo libio mantiene sus cabezas altas y se da cuenta de que su gloria, su libertad y su prosperidad está en peligro".
Volvió a alimentar la teoría conspirativa y acusó a Occidente, la prensa extranjera y Al Qaeda por la crisis en su país. "No sigo las señales satelitales, prefiero leer libros. No necesito sus mentiras y sin sentidos", dijo sobre los canales de TV. "Los medios masivos falsean y magnifican la realidad. Aquí no hay manifestaciones pacíficas: esto es una conspiración para ganar el control del petróleo y del territorio libios. Los defenderemos hasta la última gota de sangre, pulgada a pulgada".
Por último, lanzó una advertencia velada al Consejo de Seguridad: vaticinó que "habrá miles de muertos" si las tropas de los EEUU o la OTAN entran en Libia.
Fuente: infobae