SOBRE LA MUERTE DE JESÚS: ¿CULPABLES O CAUSANTES?
La “culpa” tiene en sí misma una connotación antiética (y en muchos casos, criminal), significa ello que la Iglesia católica (representada por el papa), ha calificado históricamente la participación del pueblo judío en la muerte de Jesús, como un acto reprochable. Y tal exoneración resulta que no es porque tal acto no sea reprochable, sino porque no fue “todo el pueblo”, sino sólo unos cuantos los que participaron.
Una observación desapasionada (y no necesariamente con profundidad erudita) de los acontecimientos de la muerte de Jesús, descubre allí un ambiente típicamente político: un pueblo que por muchos años ha sido víctima de humillación por potencias extranjeras (Egipto, Roma), que por muchos años ansía (y promete) un mesías que los libere de tal situación, y que de pronto descubre entre otros a un Jesús muy popular, que hace milagros y habla de “liberación”, ¿no este el mesías que algún sector de avanzada política quisiera tener para dar el golpe por muchos años esperado? ¿Es, en sí mismo, ilegítimo tal deseo? De ninguna manera. Nunca ha sido calificada de reprochable la legítima defensa, y mucho menos cuando comprende a todo un pueblo brutalmente reprimido como lo era el pueblo judío en la época de Jesús.
¿Jesús desconocía esto? ¿No era acaso, como judío, el primero en querer que las cosas cambiaran para bien? ¿Señalaría Jesús con el dedo acusador a quien en tan dramáticas circunstancias históricas lo viera como el mesías político-militar esperado? ¿Era el cobarde que quería decepcionar a su pueblo?
Pero su proyecto, lejos de querer decepcionarlos, iba mucho más allá y comprendería a toda la humanidad.
Este legítimo sector de avanzada política, decepcionado de un mesías que no tomó las armas, sin sospecharlo, hizo posible el proyecto de Jesús. ¿Son “culpables”? ¿Requieren ser “exonerados” de su culpa? ¿Jesús, el adalid de la vida, quiso valerse del crimen para sus fines?
Tito Vega RestrepoIbagué, Colombia