Iker Casillas se trasladó anoche a la provincia que le vio crecer, Ávila, la tierra de sus abuelos. Sin la compañía de su novia, Sara Carbonero, el capitán de la Selección Española de Fútbol, y portero del Real Madrid, se convirtió en el centro de atención de la XXXVIII Gala del Deporte Abulense, donde recogió el premio al mejor deportista que entrega cada año la Asociación de la Prensa Deportiva de Ávila. Casillas, quien ha pasado más de un verano cuando solo era un chiquillo en el pueblo abulense de Navalacruz, no quiso faltar a esta cita tan especial en este lugar que tantos recuerdos le trae. "Presumo de ser abulense y siento morriña cada vez que escucho el nombre de Ávila" aseguró el guardameta, quien confesó sentirse muy contento por esta distinción. El verano pasado, Casillas se escapó unos días en compañía de Sara a la localidad de sus abuelos para compartir como cada agosto momentos inolvidables con su familia y sus amigos de siempre.
Fuente: Hola