LA CHALINA QUE LLORAPor: César Campos R. Diario EXPRESO, miércoles 09 de marzo
Hoy debe concretarse uno de los espectáculos más abyectos de la presente campaña electoral, cuando la alcaldesa de Lima Susana Villarán (o quizás alguno de los mastines ediles que la rodean) den a conocer la famosa “auditoría” practicada a la gestión de su antecesor y hoy candidato presidencial por Solidaridad Nacional Luis Castañeda. Dicho espectáculo rubricará ciertas impresiones que me permití augurar en esta misma columna, sólo por mero sentido común. Por ejemplo, en el artículo “No es reina” (Expreso, 27/10/2010) cuando se dieron a conocer los resultados oficiales de los comicios en Lima, sostuve lo siguiente: “Villarán es gobierno municipal y sobre sus hombros recaerán las demandas para cumplir sus promesas. Por supuesto, ella lo entiende todavía como cargo de vocinglería política y reclamo. Su horizonte inmediato es culpar a Luis Castañeda Lossio de testarle un municipio pletórico de compromisos sospechosos, en falencia y endeudado hasta el cuello sin posibilidad de nuevos créditos”.Luego añadí: “El anuncio de una auditoría especial a la comuna limeña anticipa que Villarán busca más bien convertirse en verdugo de Castañeda. Esa medida no es en aras de la moralidad, la transparencia o el deseo de recibir cuentas claras. Apunta con toda claridad a demoler hasta el aserrín al líder del Solidaridad Nacional y dejarlo fuera de carrera en las elecciones presidenciales del 2011.”Pocos días después escribí “Susana en escena” (Expreso, 24/11/2010) donde se lee: “Todo indica que Susana versión 2010 no tiene los sentimientos ecuménicos de (Valentín) Paniagua; ni siquiera los de Alfonso Barrantes, otro de sus referentes políticos. Un tambor de guerra ha quedado prendido a uno de sus tímpanos y así la vemos desde el 3 de octubre: amenazando, desafiando, especulando y mofándose de sus adversarios, a la par que intenta construirse una imagen edil que a la fecha todavía resulta pobre. Villarán perturba lo que secularmente (desde 1980 hasta estos días) han sido los pacíficos y constructivos cambios de mando en la dirección de la comuna limeña. Con seguridad, seguiremos viéndola como directora de campaña varios meses, antes que como alcaldesa.”Repito estos enunciados porque creo firmemente que están más vigentes que nunca. La entraña perversa y politizada de la administración capitalina se exhibe con letrero luminoso sobre el frontis del Palacio municipal. Segrega esa expresión biliosa y neurótica de ciertos amigos de la izquierda, cuadriculados por una infelicidad personal de la que culpan al mundo entero.Ningún funcionario público debe quedar exento de ser fiscalizado, durante y después de su gestión. Castañeda incluido como lo será Villarán. Pero ejercer dicha fiscalización con cálculos electorales bien medidos (a sólo 32 días de los comicios generales) y adelantando juicios sin el concurso definitivo de la Contraloría o de las instancias judiciales donde se hallan procesos en curso, es una pantomima vulgar y facinerosa cuyos efectos podrían revertirse contra sus promotores.¿Cómo? Si es que Castañeda pasa a la segunda vuelta junto a Alejandro Toledo el próximo 10 de abril. En este escenario, sólo veremos algunas chalinas verdes empapadas por las lágrimas y prolongando su agonía hasta el decisivo mes de junio.