Dos días después de que la Tierra temblara y levantara sus olas en el 'Anillo del Fuego' del Pacífico, Japón amanece de nuevo en alerta. Las tareas de búsqueda y rescate de las víctimas y de reconstrucción de hogares y administraciones, se han visto ensombrecidas por una amenaza superior, el miedo a un escape nuclear. La central de Fukushima-1, afectada por el fuerte terremoto y que registró una explosión en uno de sus reactores, ha sufrido un nuevo problema en otro de los reactores mientras que el nivel de radiación que desprende supera el límite legal. La compañía gestora de la planta ha trasladado al Gobierno nipón que existe una "situación de emergencia", según ha informado la agencia estatal de noticias, Kiodo. El sábado, una explosión voló el techo y las paredes superiores del edificio en que se encuentra el reactor número 1, desatando la alarma sobre una liberación incontrolada de radiación. Más tarde, la propia agencia nuclear descartó que dicha explosión hubiera dañado la estructura de protección del reactor. Hasta ahora solo se han confirmado nueve casos de exposición a la radiación tras las pruebas realizadas por las autoridades municipales, pero diversos medios informaban de que el número de personas expuestas a la radiación podría ser de entre 70 y 160. Además, unas 140.000 personas han tenido que ser evacuadas de las inmediaciones de la zona de la planta tras el terremoto y el posterior tsunami del viernes. Por otra parte, ell número de fallecidos continúa aumentando (la cifra supera ya los 1.200) y en la provincia Miyagi, la más afectada por el terremoto del viernes en Japón, puede superar los 10.000, aseguró el jefe de la policía de esa provincia Naoto Takeuchi a la cadena de televisión NHK. En Miyagi continúan sin localizar 9.500 habitantes de Minamisanriku, un pueblo que fue prácticamente arrasado por el tsunami que produjo el terremoto, que con 9 grados de magnitud está entre los más graves que se han registrado nunca en el mundo. De momento el cómputo oficial mantiene que son 801 los muertos y 678 los desaparecidos por la catástrofe, "sin precedentes" en la historia de Japón, según el primer ministro, Naoto Kan.
Fuente: Hola