Balconcillo
José de San Martín regresó a Lima desde Guayaquil donde se entrevistó con Simon Bolívar. El 20 de setiembre de 1822, instaló el primer Congreso Constituyente. Ante él, renunció al cargo de Protector. Asimismo, antes de alejarse definitivamente del país, dejo el mando del ejército libertador al general argentino Rudecindo Alvarado.
El Congreso eligió en la mesa directiva a Francisco Javier de Luna Pizarro, José Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui. El colegiado nombró una Junta Gubernativa compuesta por el mariscal José de la Mar, Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar y Baquijano.
Mientras tanto, el virrey José de la Serna dictaba sus medidas desde su despacho ubicado en el Cusco. Contaba con decenas de experimentados oficiales y 12,000 soldados.
Liderando 4,300 hombres, Alvarado junto a su paisano, el general Mariano Necochea se dirigió hacia Arequipa. El 19 y el 21 de enero se enfrentaron a las tropas realistas comandadas por el general Jerónimo Valdés en Torata y Moquegua siendo derrotados.
De la hueste patriota solo regresaron a Lima 1,500 efectivos.
El fracaso de esta expedición desprestigio al gobierno y fortaleció la opinión de que era mejor un solo mandatario que un triunvirato.
El 26 de febrero, los militares acantonados en la Hacienda Balconcillo ordenaron la prisión de La Mar y obligaron al Congreso a designar como Presidente al coronel limeño José de la Riva Agüero de 39 años.
Entre los altos oficiales amotinados estuvieron Andrés de Santa Cruz, Agustín Gamarra, Ramón Herrera, Francisco de Brandsen, Félix Oyarzabal, Juan Eléspuru, y Antonio Gutiérrez de la Fuente.
Al día siguiente, Luna Pizarro alegando estar mal de salud, solicito licencia y viajo a Santiago de Chile.
Riva Agüero realizo grandes esfuerzos para reorganizar el ejercito. Designo como nuevos jefes militares al general paceño Santa Cruz, al general cusqueño Gamarra y al coronel canario Blas Cerdeña.
En mayo, se embarco en el Callao la segunda expedición de intermedios. 3,000 uniformados transportados en la escuadra conducida por el vicealmirante Martin Guisse, se movilizaron hacia Arica.
Riva Agüero acertó priorizando la guerra contra los realistas como principal cuestión de Estado.
Sin embargo, sus fuerzas fueron insuficientes para enfrentar a dos enemigos: La Serna y Bolívar.