PPK jamás habla de la gigantesca corrupción aprista. En lugar de ello busca los mejores vínculos con el gobierno de los petroaudios, de cofopri y de los que dicen que nava saben. Jamás cuestiona ni el embalsamiento de los combustibles (que es una bomba de tiempo para el próximo gobierno), ni los decretos de urgencia, ni el entreguismo a intereses económicos foráneos, ni nada de nada.
Cuando PPK se atrevió a cuestionar, tímidamente, los actos de corrupción del actual gobierno, de inmediato fue emplazado por Alan García, quien le dijo "que no hable quien tiene rabo de paja". Desde ese momento PPK se calló, en todos los idiomas, y en la práctica se ha convertido en rehén del aprismo.
PPK es garantía de que los hechos incorrectos de este gobierno quedarán impunes. PPK es la garantía que los ricos seguirán siendo ricos y, así como por su timidez boicoteó las reformas de Alejandro Toledo, no hará ninguna reforma pues será manejado por su actual promotor, Alan García.
Vía Mate Pastor