Debido a la demanda de sus miles de fans, algo quedó claro: un Justin Bieber en el mundo, no es suficiente. Como ya publicamos, el museo londinense de Madame Tussauds -famoso por sus casi perfectas réplicas de cera de las celebridades- se dio a la tarea de crear no uno ni dos, sino tres Justins que estarán expuestos en sus sedes más relevantes: Londres, Nueva York y Ámsterdam.
Lo curioso es que la figura, cuyo costo de producción sobrepasó los 200 mil dólares, no se parece a Bieber... o quizá lo hizo alguna vez.
Durante el tiempo que los artistas se tardaron en crear la escultura –para la que tomaron medidas, moldes y hasta muestras del pelo del cantante- Justin creció, cambió de look y hasta de estilo de vestir, de modo que al develarla, él mismo pudo constatar cuánto ha cambiado durante los últimos ocho meses y declarar cuán impresionado estaba por ser ahora, más alto.
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