JUSTICIA Y ELECCIONES, por: César Campos R. diario EXPRESO viernes 25 marzoCésar Campos RodríguezViernes, 25 de marzo de 2011 Creo que no se ha dado la debida dimensión a los encuentros sostenidos entre el presidente de la Corte Suprema, César San Martín, y cada uno de los candidatos presidenciales, con el fin de ajustar coincidencias en torno a las mejores políticas públicas para la correcta administración de justicia en el Perú.Tales encuentros, sin precedentes en la historia electoral, han abierto un espacio muy oportuno que debe permitir la construcción de una agenda común respecto a uno de los más importantes órganos del Estado, evitando que en el futuro padezca los vaivenes de la desidia, el abandono y la manipulación a los cuales suelen condenarlo el Ejecutivo y Legislativo. Desde esta base, San Martín tuvo el acierto de tomar el toro por las astas. Incluso a despecho de la tensa atmósfera que precedió su reunión con la candidata Keiko Fujimori en vista del papel que tuvo como titular de la sala suprema autora de la severa condena al padre de ésta última. Un signo vital de cómo deben ponerse los intereses del Estado por encima de las pasiones personales.El resultado positivo de ello fueron las declaraciones que ofreció Keiko a EXPRESO la semana pasada, en las cuales señaló que San Martín debe liderar la reforma del Poder Judicial sin injerencias externas. La candidata aplaudió también la completa implementación del nuevo Código Procesal Laboral a partir del próximo año (actualmente aplicado a seis distritos judiciales), comprometiendo su apoyo en caso ser elegida presidenta y el de su bancada parlamentaria.Las herramientas procesales para agilizar los juicios, ciertamente, no son los únicos objetivos prioritarios por atender. Hace falta también mejorar la logística de jueces y magistrados en la búsqueda de perfeccionar el combate a la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción. Enfrentarlos de manera centralizada, sin interferencias de otras autoridades o rendijas que les facilite su impunidad.El presidente del PJ ha hablado de maximizar los protocolos de seguimiento e investigación de estos graves delitos, lo que por tautología nos indica la insuficiencia de los actuales. Especialmente en el caso del lavado de activos donde las grandes mafias que operan dentro del país – las que son mencionadas por indicios pero sin cargas efectivas de la prueba – tienen muchas coartadas. Profundizar el rol de la Unidad de Inteligencia Financiera es otra de las tareas pendientes.Y sin duda la asignación de una adecuada partida presupuestal completa el arco de exigencias por satisfacer en nuestra administración de justicia. Partida en la que no se desconozca el importante papel de los trabajadores auxiliares que no pertenecen a la carrera judicial pero que igual ponen el hombro junto al de los magistrados. Ello de la mano de una correcta selección, supervisión y capacitación de dichos trabajadores.San Martín inicia con buen pie su delicada tarea pública. Ojalá persevere en ese camino.