Un candidato que casi tiene seguro su pase a la segunda vuelta es Ollanta Humala Tasso, quien brindó un triste espectáculo en el último debate presidencial organizado por Transparencia, al dedicarse enteramente a leer su libreto sin salirse del guión y sin dignarse a responder las preguntas que le formularon.
Le preguntaron si era cierto que pensaba cambiar la Constitución, pero no contestó. Le preguntaron si planeaba iniciar un programa de estatizaciones y aumentar los impuestos. Tampoco contestó. Le preguntaron si pensaba revisar los contratos y los TLC. No hubo respuesta.
Humala intentó mostrarse menos radical moderando su discurso extremista. Pero no a todos convence el cambio de un personaje que antes posaba ante las cámaras saludando a sus amigos Chávez y Evo Morales, y que hoy se hace el desentendido y busca marcar distancia de ellos para ganar la Presidencia del Perú.
Uno de los que no cree en el cambio de Ollanta es su propio hermano Ulises, quien en declaraciones a un medio local, afirmó que el candidata de Gana Perú es un dictador disfrazado que, de llegar a Palacio de Gobierno, buscaría perpetuarse en el poder, para lo cual no tendría ningún inconveniente en cerrar el Congreso e instaurar una nueva Constitución.
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