Emboscada
La ciudadanía esta convulsionada. En este tiempo, la misión de un estadista es colocar paños fríos y contribuir a tranquilizar a la población.
Lejos de ello, Ollanta Humala viajó a Huancavelica, Huancayo, Pucallpa e Iquitos y convocó a la gente a la calle para escuchar discursos triunfalistas y demagógicos.
En los últimos días, Mario Vargas Llosa, Alejandro Toledo, Yehude Simon y la revista Caretas han manifestado sus simpatías por el candidato nacionalista.
Las bases apristas también se han pronunciado en favor del comandante del ejército en situación de retiro.
Un reciente sondeo privado realizado entre la militancia pepecista arrojó como resultado que la mayoría botaría en la segunda vuelta viciado.
Humala no concede entrevistas. Ha prohibido a sus voceros responder a las preguntas que el sentido común le formula. ¿Quién será su primer ministro? ¿Quién será su ministro de economía? ¿Quién será su canciller? ¿Quién encabezará el Banco Central de Reserva?
Si se realizan debates, ya sabemos que Ollanta se dedicará a leer documentos redactados por sus asesores extranjeros.
Keiko Fujimori no tiene posibilidad alguna de vencer en el ballotage. Si participa, es obvio que será humillada y Ollanta saldrá envalentonado.
Si la jefe de Fuerza 2011 renuncia a la segunda vuelta, el Jurado Nacional de Elecciones está obligado en el acto a proclamar como presidente electo a Humala.
La futura declinación de Fujimori tiene antecedentes. Alfonso Barrantes y Alejandro Toledo lo hicieron en 1985 y el 2000 respectivamente.
Se le ahorraría al país el enorme gasto de unas elecciones generales. Asimismo, Humala se quedaría con su 32 % y le seria más difícil empezar su mandato despreciando a la oposición.
Keiko, Lourdes Flores, Luis Castañeda y algunos miembros de Perú Posible deberán conformar una sola lista a la mesa directiva del Congreso.
La primera prueba de amor a la democracia que Humala tendrá que sobrellevar es aceptar un Congreso presidido por la oposición.
Si Keiko continúa en campaña caerá en una emboscada anunciada y su aplastante derrota la descalificara como lideresa política nacional.