El señor Kuzcynski nos pide que no votemos con el corazoncito y la verdad es que no sabemos lo que eso podría significar. De repente desea que nos volvamos pragmáticos, tal y como lo pedía Alberto Fujimori, y nos olvidemos de los valores, los principios, y que votemos "racionalmente" para garantizar el llamado crecimiento económico.El señor Kuzcynski cree, equivocadamente, que todo es economía. La economía sin escrúpulos es un llamado al salvaje autoritarismo y a una reedición de lo que sucedió en la década de los 90. Cuando el señor Kuzcynski nos pide que no votemos con el corazoncito se asemeja al mismo PPk que decía que en el Perú "todo se puede hacer con un buen abogado". Es decir la falta de ética como bandera, la falta de moral como regla.Se contradice en pocas horas el señor Kuzcynski. De repente el sector empresarial que lo promueve no está de acuerdo con su anuncio que iba a esperar 8 semanas para pronunciarse. La desesperación se apodera de ese sector que de repente desea seguir con un sistema de privilegios inaceptable para gran parte del Perú.Votemos con el corazón, pensando en que se debe dar un rostro social a un modelo económico excluyente que requiere, necesariamente, un conjunto de ajustes.
Fuente: Mate Pastor