Columna: Agenda Política Título: Control de daños Por: César Campos R. No cabe duda que el universo político tiene fronteras muy frágiles donde ese intangible de las percepciones puede romperlas y ocasionar desequilibrios severos a una sociedad. Nos viene ocurriendo desde el domingo 10 de abril con los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta por lo que dicen o representan. Keiko Fujimori, por ejemplo, suscita el temor del retorno a las prácticas autoritarias y corruptas ejercidas durante el régimen de su padre. Está en la obligación de aniquilarlo pero esa aureola sólo tiene efectos en el campo de la definición democrática y la expectativa de verla sometida a los controles públicos. Otra cosa es lo que motiva las expresiones y propuestas de Ollanta Humala, las cuales sí han traído consecuencias desequilibrantes en lo inmediato. Por éstas últimas, el gobierno se ha visto urgido a precisar dos puntos de la agenda interna y externa, so riesgo que ello pueda interpretarse como una abierta confrontación a las posiciones de Humala. Sin embargo queda en claro que, mientras no consiga ungirse la banda presidencial por mandato de las urnas, lo de Humala queda en simple opinión mientras que la batuta del Estado la sigue llevando el Ejecutivo bajo la presidencia de Alan García. El primer tema ha sido la exigencia del candidato de Gana Perú al gobierno de Chile para que pida disculpas públicas a nuestro país por haber apoyado con armas a Ecuador durante el conflicto del Cenepa de 1995. El canciller José Antonio García Belaunde tuvo que realizar un balance de nuestras relaciones con los vecinos para arribar a la conclusión de lo óptimas que se encuentran éstas y la necesidad de no mover más las aguas mansas de ese estanque. El segundo es el desbarajuste en el cual ingresó la Bolsa de Valores de Lima desde el día siguiente de las elecciones generales, cayendo los índices de negociación en 6,22 por ciento y generando pérdidas de 12 por ciento. Ante esto, compareció ayer el ministro de Economía Ismael Benavides pidiendo calma a los inversionistas pero también claridad a las propuestas económicas de ambos candidatos. Ya sabemos que quien tiene el paraguas de la oscuridad es la de Humala. Para tranquilidad de los nacionalistas, la BVL tuvo indicadores positivos al cierre de ayer. Y si a esto le sumamos la desautorización que el comando de Gana Perú ha hecho de Carlos Tapia como vocero de la agrupación, luego de su actitud prepotente y patanezca ante la colega Rosa María Palacios en una entrevista televisiva que pudo discurrir con divergencias pero también con altura, se observa el tercer elemento (el respeto a la libertad de prensa) requerido de un control de daños para que ese grupo preserve el membrete de una opción mesurada y democrática. Eso es lo único que viene demandando hasta la fecha este segundo merodeo de Humala al sillón de Pizarro: un estricto control de daños que no debería extenderse por más tiempo si su propuesta de cambio – muy legítima – busca verdaderamente el bienestar de todos los peruanos.