Más aun en un Congreso tan desordenado e ineficiente, un número tan significativo de legisladores –serían más del doble que la próxima bancada del Apra, por ejemplo– podría obstaculizar cualquier iniciativa que busque combatir el creciente negocio de la coca en nuestro mercado.Incluso, a todos ellos se les estaría actualmente investigando, por lo que si llegaran a jurar el cargo adquirirían, en el acto, inmunidad de parlamentario, por lo que si las autoridades deciden juzgarlos, va a ser muy complicado desaforarlos.Ello debido a que, como hemos visto en el pasado, en ese momento, prevalece un equivocado espíritu de cuerpo y cierran filas entre los parlamentarios. Adicionalmente, es tradicional que se negocien intercambios de favores entre legisladores. De cualquier manera, de una forma u otra, lo más probable es que si los narco parlamentarios asumen el cargo estarán básicamente a salvo durante los próximos cinco años.Por tanto, sería urgente que los partidos y los candidatos asuman una posición clara de lucha contra el narcotráfico. Un congresista no puede ni siquiera ser sospechoso de estar participando de ese negocio y es preferible que ingrese, inicialmente, su accesitario hasta que haya quedado demostrado que no estaba involucrado. En ese sentido, ha sido muy decepcionante la posición, el día de ayer, del vocero de Fuerza 2011 quien no parecía estar mayormente interesado.Por otro lado, es preocupante que los políticos peruanos vengan demostrando creciente cercanía con el negocio de la droga en los últimos años –empezando por el partido de Humala– y su alianza con los movimientos cocaleros que no son otra cosa que una fachada de apoyo al narcotráfico. Lo cual sumado a la ineficiencia en la lucha gubernamental, la última década que nos han convertido en el principal exportador mundial de coca y derivados, nos pone en una posición muy vulnerable como sociedad, ciertamente camino a terminar convertidos en un narco Estado.Así que tenemos que exigir que las fuerzas políticas tomen una posición clara y firme al respecto, modificando el reglamento para que no asuman el cargo los nuevos parlamentarios mientras estén siendo investigados por vínculos con el narcotráfico. No hay lugar para medias tintas en este asunto tan delicado.