Nos dice Salgado que por su "gran conocimiento en materia de derechos humanos ha sido llamado por el comandante" y que hoy se reune con apristas de base para convencerlos de apoyar su proyecto.
Debo darle el beneficio de la duda a Salgado, no diré que se fue con la estampida de "tecnicos independientes" en busca de un puesto de trabajo, pero si me pareció tan rápido y tan grotesca la forma en que lo trataron los humalientos que me dio pena, ver a un discipulo de Haya entre los enemigos históricos del aprismo y del propio Jefe.
Pero lo que nos informa Salgado es que es un militante de Gana Perú, gonfalonero del humalismo, YA NO ES APRISTA. Antes cuando fue maltratado por la dirigencia me solidaricé totalmente con él, me alegró el reconocimiento de su derecho partidario, hoy se autoexpulsó, si no de los padrones partidarios. Si se autoexpulsó de los sentimientos de miles de apristas que equivocadamente vimos en él un hombre sensato y con perspectivas de lider trascendente. Hoy repite comportamientos similares a los delgados y otros que con arguementos similares se pasaron a la revolución velazquista, igual que ellos captaron a compañeros para sumarse a la aventura dictatorial, dizque socialista y humanista por "sus cualidades".
Terminada esa aventura, por la acción de Haya y de la rebelde juventuda aprista de los 70, los vimos deambular en lo sociedad o volver con el rabo entre las piernas. Por ello Haya nos recordaba a Prada: "Para hablar con los muertos yo no voy al camposanto, busco plazas, no desiertos, corazones hay tan hiertos, almas hay que ieden tanto..."
Por lo tanto compañeros como el tiene el derecho de elegir su camino nosotros tenemos el de no recibirlo, ni escucharlo, el de ignorarlo.
Manuel Zevallos