Primero el Perú y sus sagrados intereses...

No se entienda este comentario en sentido negativo o de reproche, ni con descalificación personal.  La lucha contra el Alanismo lleva varios años, no es de último momento. La razón es muy sencilla, Alan García TRAICIONO el "cambio responsable" por el cual votó el pueblo peruano en el 2006. Y ha intentado -y lo seguirá haciendo- cambiar el programa aprista por "El Perro del Hortelano"-, que como todos sabemos es un manifiesto neoliberal sumamente cutre, arbitrario, anti nacional y antipopular. En ese lapso, muchos se instalaron en la "contemplación", en "está haciendo lo mejor que puede", "nos va a dar una sorpresa, ya verán", "tengan paciencia"...puras ilusiones. García ha demolido al APRA en complicidad con lobistas, dictadores, aventureros, autoinmolados., asalariados del Estado...Y necesita del Partido Aprista (o lo que queda del mismo) para lanzar su candidatura en el 2016. Todavía hay muchos compañeros y compañeras que están dominados política y sicologicamente por García y sueñan esperanzados que todo cambiará. Es romanticismo puro, son como vestales sempinternas esperando que las profecías se cumplan. No quieren que el APRA muera, pese a que García ya "refundó" matando de facto al Aprismo como partido, para desde sus cenizas convertirlo en una maquinaria al servicio de la oligarquía y los lobis. Se aprovecha descaradamente de lo que se llama "mística, disciplina y fraternidad".  Pero no todo está perdido, hay pronunciamientos e insurgencia pacífica de bases : Surco, Cajamarca, Trujillo, Ayacucho, Miami, Madrid. POR FIN LOS APRISTAS DE BASES HAN DECIDIDO ASUMIRSE COMO ACTORES Y LIDERES Y COMENZAR A EJERCER EL LIDERAZGO INSTITUCIONAL DE BASES. Pero hay que estar alertas, los que ayer se vendieron a los lobis buscan reagruparse bajo el membrete de "institucionalidad", los que ayer vetaron a los apristas para que entren al gobierno hoy aparecen como renovadores, los que implantaron el autorismo fungen de izquierdistas.  Además en esta lucha contra el alanismo se han producido costos enormes para muchos compañeros y compañeras. Aquí muchos se lan jugado exponiendose a  insultos, agravios, vetos, violencia física, expulsiones, desafiliaciones clandestinas del padrón. Y ello mientras otras personas seguían instaladas en la "contemplación" o esperando alguna dádiva del tipo "chorreo" (algo caerá del Estado). Hemos visto en todo este tiempo, como rebeldes, críticos, opositores, declamadores...lo eran hasta que recibían un nombramiento o una canonjía. No hay vigor moral, sino doblez o calculado oportunismo. Creo que el pensamiento ideologico de Haya de la Torre y de otros grandes que aportaron al Aprismo son el punto de partida para una reflexión propositiva que ofrecer al Perú. Sin ideología no hay aprismo, sin pensamiento crítico, no hay aprismo, sin conciencia moral y ética  no hay aprismo. Ni la estrella bailarina es el partido, ni el regatoon es la marsellesa. Algunos cc se preocupan por el color de la casa, aunque la casa por dentro sea una tumba de la cual solo salen fétidos olores, y no el pensamiento proteico que asombró a la intelectualidad europea del siglo XX y orientó a las élites revolucionarias después de la crisis del año 29 en América Latina.  La crisis del partido no es solo una crisis producto de "malos dirigentes", es la crisis provocada por la suplantación de un proyecto histórico por un proyecto conservador-autoritario-neoliberal. Y todas las facciones alanistas participaron de este fraude, de este caballazo.  El Aprismo antes de su fundación, ya estuvo en el anarco-sindicalismo obrero, ya estuvo en el radicalismo mesocrático  del cono sur, en el indigenismo y agrarismo de la revolución mexicana, en los movimientos populares que combatieron al estado oligárquico. ¿Como puede reducirse el Aprismo a un partido, a una organización? El APRA como proyecto histórico es mucho más que una organización, es un proyecto de modernidad para todos los trabajadores que producen el excedente social, que los reivindica y asume su representación.  Por ello, en varios países surgieron partidos y movimientos que compartieron la matriz social e ideológica del Aprismo Hayadelatorreano, sin llamarse "Apristas", solo "izquierda latinoamericana", o movimientos nacional populares, justicialistas, liberales, nacionalistas, socialistas, laborales, libertarios, indoamericanos.  En la actual situación peruana, el Aprismo y sus grandes ideas fuerza están presentes en el amplio movimiento opositor al modelo económico, social y político que coyunturalmente representa el candidato nacionalista. Ganaperú, es un movimiento, no un partido, ni una doctrina ni un frente, son bloques sociales que se han ido definiendo desde el 2008 en diversas consultas electorales. Alan García y las facciones alanistas dejaron disponible ese espacio. Y en política los vacíos se llenan. El Perú necesita devolverle su soberanía al Estado y rescatarlo de los poderes fácticos y lobis. El Perú requiere una economía sustentable que no destruya el medio ambiente en aras de la productividad neoliberal, se requiere redistribuir aumentando el gasto social en educación, salud y vivienda. Se requiere darle un uso social al ahorro nacional, se requiere una reforma tributaria a las sobreganancias, e impulsar una cultura del pago de impuestos. Lamentablemente la corrupción desalienta esta cultura de la responsabilidad. Hay que elevar el salario mínimo, demanda de los trabajadores y familias peruanas. Hay que relanzar la integración latinoamericana y garantizar los intereses estratégicos del Perú frente a Chile. Hay que reformar el Estado para hacer efectivo el estado de derecho y la democracia, que como se ha visto en esta elección, pone las instituciones al servicio de quienes defiende "el modelo", fusionando intereses políticos con intereses económicos. ¿En que contradice al pensamiento aprista estos planteamientos? Hay mucha pereza, cierto bloqueo  mental y sicológico por parte de aquellos que se autodenominan "libres" y viven esclavizados a sus miedos, inseguridades y recuerdos. Solo quien no tiene una firme y renovada identidad ideológica, puede clamar que se pone en riesgo la identidad del APRA por un voto estratégico pensando en los altos intereses nacionales.  Los apristas deben dar su voto al candidato Ollanta Humala, y ello no significa en modo alguno, ir corriendo a inscribirse al partido nacionalista o cambiar de identidad. La lucha en lo que queda del partido destruido por el alanismo y sus facciones, continua.  Pero como ciudadano, como peruano, como inmigrante que algo ha recorrido el mundo, quiero para mi país una modernidad para TODOS y no solo para minorías que en esta campaña han demostrado una vez más, que no son modernos, exhibiendo un odio, un racismo, un clasismo-conservadurismo, y una superioridad enagenante, que en otras épocas, indignó a una brillante generación de jóvenes de izquierda que son los que formaron el movimiento aprista. Si la organización no sirve por corrupta, autoritaria y alineante, el aprismo independiente está en pleno vigor, mientras unos siguen rindiendole culto abierto o solapado a Alan García aspirando a una palmadita en la espalda, otros estamos por la reconstrucción del Aprismo en la sociedad civil defendiendo los valores de la izquierda democrática. Mientras otros no saben que hacer ni como actuar y se refugian en la incertidumbre mezclando recuerdos con fracaso existencial, otros estamos en esta elección decididamente al lado del pueblo que no se vende al clientelismo y defiende su dignidad, estamos del lado del Perú y por una democracia real y no simulada.  Después de la elección esperamos, y tenemos la certeza que así será, que el triunfador tienda la mano a la derrotada y se reunifique simbólicamente el país polarizado. Si los peruanos eligen a Ollanta Humala, la derecha tiene que asumir que la fiesta terminó y que debe concertar. Si no, la legitimidad que emana de la voluntad popular debe expresarce sin tapujos. Los únicos que deben temer son los corruptos, sobre ellos vendrá "la gran persecución" y enhorabuena que sea así. El Perú necesita meter en la cárcel a quienes  han robado o se han beneficiado ilícitamente del erario público e inhabilitar para ejercer función pública a quienes han intentado hacerlo. Se requiere ser intransigentes en este punto para acabar con la impunidad.   Saludos a todos,   Eduardo Bueno