Jueves 02 de mayo 2024 | Contáctenos
-¿Tú eres el pesado que ha estado llamando a mis amigas del colegio?Eso es lo primero que pregunta Nadine Heredia cuando llego a su casa en el distrito de Surco, un barrio residencial de Lima. Es una amplia residencia con jardín interior y dos pisos, custodiada por un patrullero escondido en la esquina. La esposa del candidato Ollanta Humala está en plena sesión fotográfica. Viste elegante, pero juvenil. Después de todo, tiene sólo 35 años.
En el ingreso hay una artesanía de arcilla llamada Torito de Pucará, cuya misión, según la mitología andina, es cuidar la casa y traer felicidad a la familia. Hay también un gran espejo. La decoración no es sofisticada. La casa es típica de clase media, con un amplio salón y comedor. Hay varias fotos que hablan de una familia unida. En una aparece Nadine sonriendo con sus padres y sus dos hermanos: Angel Ilich e Ilan Paul. También hay retratos de sus dos hijas -Illary y Nayra- y de su marido con el menor del clan, Samín, un bebé de seis meses que llegó en plena campaña electoral.
Nadine retoma la conversación. Asegura que sus amigas del colegio no hablarán, que han hecho una promesa de silencio y "no contarán nada". Su desconfianza con la prensa no es gratuita.En estas semanas, se ha acusado a Ollanta y Nadine de haber recibido, el 2006, miles de dólares de manera encubierta por parte de Hugo Chávez. La acusación más seria vino del Departamento de Inteligencia Financiera: allí aseguran que ella recibió depósitos en su cuenta bancaria por US$ 105.000 del Daily Journal, diario de filiación chavista. Los acusadores afirman que es difícil creer que hayan pagado tanto por artículos que, además, nunca fueron publicados. Nadine sabe que eso complica a su marido. Dice que, en realidad, sólo fueron asesorías en comunicaciones y marketing. Pero se ha negado a hacerlas públicas.
Angel Custodio Heredia Palomino nació en Páucar del Sara Sara, en Ayacucho. Allí llegó a ser líder del partido aprista. Pero como muchos provincianos, más tarde migró a Lima para torcerle la mano a la pobreza. Las cosas marcharon bien: se graduó como contador público e hizo una carrera que lo llevó a convertirse en gerente del Banco Industrial. Cerca de los 40 años se casó con Antonia Alarcón, una mujer de Cajamarca, a la que llevaba 21 años de diferencia. En 1976, en la capital peruana, nació su única hija: Nadine. Ya gozaban de una cómoda situación económica.Ella estudió en el colegio de monjas María de las Mercedes, que ocupa toda una manzana en el sector acomodado de Miraflores. De niña era deportista, aplicada y traviesa. Lo suficiente para exasperar a las religiosas. "Siempre he sido fuerte, porque me he criado con dos hermanos hombres. Si ellos se matriculaban en karate, yo también", señala.Sentada en la sala de su casa, recuerda una anécdota de esos tiempos: "Una amiga en el colegio tenía la mala manía de comerse las uñas. A punta de un 'estate quieta' (un golpe en el brazo) logré quitársela. Hoy tiene unas uñas lindas".
Un cercano a la familia dice que su padre fue el primer modelo de Nadine, no sólo familiar, sino también político. Luego de su militancia en el Apra, Ángel Heredia siguió reflexionando sobre temas vinculados a la nación, la identidad cultural, el antiimperialismo. Nadine y sus dos hermanos heredaron ese interés intelectual. "Siempre hemos sido una familia política -cuenta Nadine-, donde se discutía sobre la situación del país".
Ingresó a la Universidad de Lima en 1993. "Era el tipo de persona que con su presencia convertía el ambiente en una fiesta", dice un amigo de esa época. "Era estudiosa y muy divertida. Un poco tosca, con modales masculinos. Le gustaba explotar ese detalle: hablarte de manera atrevida como un hombre, saludarte con un puñetazo en el brazo o decirte que tocaras sus bíceps". Un día, recuerda su amigo, ella agarró una botella de alcohol etílico y se la comenzó a tomar delante de todos, "para que se nos cayera la mandíbula. Ella siempre nos probaba su fuerza con ese tipo de cosas. Por eso, de broma, la saludábamos con un: '¡Hola tigre!'".
En esa época le conocieron tres novios. "Todos ligados a la música, todos de su edad. Ninguno parecido a Ollanta", dice un cercano. A diferencia de su generación más vinculada al rock de los 90, a ella le gustaba la nueva trova cubana y la música latinoamericana de contenido social: Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Mercedes Sosa, Illapu. En una universidad privada y sin vida política activa, esa era su manera de mostrar sus ideas de izquierda. Aún no militaba en ningún partido.Compañeros y maestros recuerdan su voz parecida a la de Ana Torroja, vocalista de Mecano. "En esos años -cuenta un amigo-, la universidad convocó a un concurso de peñas criollas interfacultades. Al final, los de Estudios Generales ganamos el segundo lugar gracias a la primera voz de Nadine y a su intensidad para organizar. En dos semanas, transformó a un grupo de desafinados en una peña entusiasta".En 1994, Nadine se decidió por la Facultad de Comunicaciones. Pero no olvidó el canto. Fue una época de recitales en el bohemio barrio de Barranco, en locales como La Taberna o La Estación. Allí, entre mesas llenas de botellas y humo, cantaba con ganas frases de Milanés: "Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada…".
Un problema en su curso de contabilidad, en 1997, llevó a Ollanta Humala a visitar a su tío Angel Heredia. Quería hacerle unas consultas, pero terminó conociendo a quien sería su esposa. Le llevaba 14 años de diferencia. Y a pesar de ser primos lejanos, la familia no opuso resistencia a la relación.César Pita, compañero de universidad, recuerda que ese año ella le contó que estaba saliendo con un militar llamado Ollanta. "A mí me parecía graciosísimo que estuviera con un militar y que, además, se llamara así. La molestaba con eso. Ella me contó que este chico estaba decidido a convertirse en presidente del Perú, que lo habían educado con un sentimiento patriótico muy fuerte. Para mí eso era una fantasía. '¿Tú le crees?', le preguntaba. Y luego me reía en su cara".Tras dos años de noviazgo, Nadine se casó con Ollanta. Se fueron de luna de miel a Cuba. A su regreso, ella -según ha contado a sus amigos- llegó decepcionada de la isla. Inmediatamente, se matriculó en la maestría de Sociología en la Universidad Católica. Allí estaba cuando el 29 de octubre del 2000 ocurrió un levantamiento al sur del país liderado por Humala. Un evento que pondría en evidencia la habilidad de su mujer para manejarse con los medios y con personajes públicos.Fernando Rospigliosi, ex ministro del Interior y entonces columnista de la revista Caretas, cuenta que en esos días recibió una llamada de Nadine para pedirle su opinión sobre el levantamiento contra Fujimori. No fue el único. Más tarde se enteraría que Heredia también llamó al defensor del Pueblo, Jorge Santisteban de Noriega, y al ex ministro Gino Costa. "Luego del levantamiento de Humala en Locumba, me invitaron a analizarlo al canal N. Defendí a ese militar desconocido, me remití a que era un joven oficial asqueado de lo que pasaba", recuerda el historiador Nelson Manrique, quien era profesor de Nadine. "Esa noche, ella llamó a mi casa. Me dijo: 'Te llamo para agradecerte. Ollantita es mi esposo'. Para mí fue una sorpresa, la veía casi como una niña que iba a hacer la Primera Comunión. Lo que más me enterneció fue que había todo un mito en torno a ese cuco que representaba Humala, pero para ella era su Ollantita".
Nadine recuerda que su marido, que estaba clandestino, la llamó para encontrarse en la plaza de un pueblo de la sierra de Moquegua. Lo encontró disfrazado de campesino. "Me impactó. Tenía los labios cuarteados, estaba flaco y sus ojos caídos. Llevaba días sin dormir. Nos fuimos a la iglesia. Toqué la puerta y me abrió un cura. Le dije que era la esposa de Ollanta Humala y le pedí que nos cobijara. Ollanta por fin pudo dormir. A mí se me agarrotaron las piernas, porque las utilizó como almohadas". Gracias a las gestiones de su esposa, el comandante Humala no sólo salvó su vida, sino que fue indultado por el Presidente transitorio Valentin Paniagua. Fujimori había huido a Japón.
Reinsertado en la vida militar, Ollanta fue destacado a la agregaduría militar en París. Nadine, embarazada de su segunda hija, aprovechó de estudiar un doctorado en Ciencias Políticas en La Sorbona. Luego, el militar fue enviado a Corea del Sur. Desde allá apoyó el levantamiento contra el Presidente Toledo, protagonizado el 1 de enero de 2005 por su hermano Antauro. Pero cuando el amotinamiento cobró la vida de cuatro policías y dos reservistas, retiró su apoyo.
Cuando regresaron a Lima, y Ollanta fue pasado a retiro, la pareja se volcó intensamente a la política. Nadine influyó para que fundaran el Movimiento Nacionalista. Allí ella volcó buena parte de su formación política familiar y académica: desde las lecturas de su padre sobre antiimperialismo hasta textos de José Carlos Mariategui acerca del llamado socialismo andino. Según el historiador Nelson Manrique, ella ha moderado a Humala en su discurso: lo ha acercado a una posición nacionalista, alejándolo del etnocentrismo que él traía de raíz y que, para muchos, es una caricatura por su chauvinismo y racismo retrógrado. Hoy, Nadine es la secretaria de Relaciones Internacionales del partido.
La esposa de Ollanta lo ha acompañado a casi todas las reuniones. Como la que él tuvo con los presidentes de Chile, México y Colombia. Sentada en su casa, cuenta su impresión de Sebastián Piñera: "Me cae bien. Me parece una persona que le pone ganas (a mejorar la relación con Perú) y que más allá de ser de derecha, no creo que va a ideologizar una relación que debe ser estrecha entre los dos países".Si bien en la actual campaña se decidió que Nadine tuviera un perfil más discreto que en 2006 -por eso se escabulle de las entrevistas y sesiones de fotos-, es claro que juega en equipo con su esposo. Aún está en la memoria esa nota recogida por Wikileaks, donde el ex embajador de Estados Unidos en Perú, Michael McKinley, afirmaba que Nadine no sólo era el cerebro político detrás de Humala, sino que incluso podía ser más radical que él.No todos están de acuerdo. David Tejada, dirigente del Movimiento Nacionalista, señala que "cada uno tiene su ámbito y responsabilidad, y lo que hacen es complementarse. Están al mismo nivel. Ella es organizadora, práctica y sabe tomar decisiones en su especialidad: prensa y comunicación, que es lo que le faltó a Ollanta al comienzo de su carrera. De otro lado, él encarna el cambio y le abrió las puertas de la política a su esposa. El líder político es Ollanta y ella lo sabe bien".Por estos días, Nadine ha estado otra vez en el ojo del huracán. Una ex funcionaria de la embajada de Venezuela en Perú la sindica como el enlace para las colaboraciones chavistas. Ella se desentiende. Y sigue con la sesión de fotos. La interrumpo con una última pregunta. -¿Qué le atrajo de Ollanta?--Su inteligencia- responde, sin perder la sonrisa.
Fuente: Vanguardia Aprista
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