Los de adentro

Fue algo saludable que en corto tiempo – menos de 72 horas – quedara absolutamente esclarecida la atribución del mandatario casi electo Ollanta Humala para decidir, cuando le venga en gana y antes del 28 de julio, quiénes habrán de acompañarlo en las tareas del Ejecutivo o cuáles son las personas que su gobierno propondrá al próximo Congreso para ocupar puestos claves como la presidencia del Banco Central de Reserva o la Superintendencia de Administración Tributaria.Hubiera resultado inaudito que cobrara fuerza el papel oficioso de algunos opinantes externos al oficialismo recién nacido y que Humala cediera a sus presiones, bajo el pretexto que la economía peruana se caía a pedazos por la ausencia de nombres “notables” o “tranquilizadores”. Cabe resaltar la prudencia y buen tino de los principales líderes empresariales como Humberto Speziani o Pedro Olaechea quienes sacaron cara por la autonomía del flamante jefe de Estado para tomar esa decisión.Bien puestos en su sitio los de afuera, cabe ahora analizar qué está ocurriendo con los de adentro. Y las informaciones recibidas sí merecen cierto grado de preocupación, porque todas ellas hablan del jaloneo al cual estaría sometido Ollanta por las diferentes tendencias agolpadas en el seno de Gana Perú. Jaloneo que está dando señales contradictorias.La primera de ellas es el debate abierto en torno a la oferta que voceros de GP le habría formulado a la dirigencia de Perú Posible, el partido de Alejandro Toledo, para ocupar no menos de seis ministerios. Carlos Bruce, representante de éste último, lo afirma y endilga a Daniel Abugattas, edecán político de Ollanta, haber sido el portavoz de esa propuesta no tan indecente. Abugattas ahora se retracta pero las versiones dignas de respeto señalan que Bruce es quien lleva la razón.Lo real sería que el sector termocéfalo de GP deshizo tal propósito y dejó al barbudo parlamentario – y por extensión al mismo Humala – colgado de la brocha concertadora.La segunda es – como lo ha informado EXPRESO – el portazo que esos mismos radicales le han dado a la sugerencia de Mario Vargas Llosa de conformar un Gabinete bajo la dirección de la ex defensora de Pueblo Beatriz Merino. Se cuenta que Humala habría aceptado sin reparos toda vez que el premio Nobel se ha convertido en su más convincente fletador internacional, pero las atingencias del núcleo duro han paralizado la maduración de dicha idea.La tercera es el increíble giro de 180 grados que dio ayer la bancada del partido de Humala en el Congreso, la cual – rompiendo un acuerdo previo y unánime con el resto de grupos políticos – decidió abstenerse de respaldar el nombramiento del jurista Walter Gutiérrez Camacho como nuevo defensor del Pueblo. Decisión que también deja sin piso a los parlamentarios humalistas Víctor Mayorga y Cayo Galindo quienes  integraron la Comisión Evaluadora de los candidatos a la defensoría y apoyaron sin miramientos al ex decano del Colegio de Abogados de Lima.Y la cuarta es la jalada de alfombra al pobre y leal Abugattas, quien ve frustrada su justa aspiración a presidir la primera mesa directiva del próximo Parlamento porque la señora Nadine Heredia – en su calidad de cuadro político de GP – ha hecho imperar la candidatura de Marisol Espinoza a ese cargo. El presidente Humala se ha limitado a decir: “sí, señora”.Los de adentro darán que hablar.