La represión del régimen sirio a sus opositores y el salvamento de una Grecia al borde del abismo, abismo al que podría arrastrar toda la zona euro, son los temas de los diarios de hoy.
Libération publica un reportaje en la frontera turca donde se hacinan miles de refugiados sirios huyendo de la represión, cuyo testimonio recoge en su titular de portada: “Nuestro presidente nos mata”
En su editorial, Vincent Giret cita a un publicista británico quien juzga la política exterior francesa de manera sarcástica: “Francia se comporta como si fuera Estados Unidos, Estados Unidos como si fueran Alemania, y Alemania como si fuera Suiza”.
En Libia en el terreno militar y en Siria en el diplomático, considera el editorialista, el activismo resuelto de Nicolas Sarkozy sorprende e infunde respeto del otro lado de la Mancha. A pesar de su voluntad de ruptura el presidente francés había hecho una apuesta arriesgada al principio de su reino, recibiendo con todos los honores de la república a Gadafi y a Bachar al Assad. Había apostado imprudentemente por la sed de reconocimiento del primero y el supuesto “modernismo” del segundo. La desilusión fue cruel. Hoy Francia no puede bombardear Trípoli y cerrar los ojos a lo que pasa en Damasco...
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