El doctor Alan García ha declarado el día de hoy que las sangrientas protestas de Juliaca, en Puno, tienen como objetivo "amedrentar al presidente electo Ollanta Humala". El presidente García saca a la luz sus deseos internos, de buscar la desestabilización del próximo gobierno. Eludiendo sus responsabilidades -como en muchas otras cosas - pretende responsabilizar al próximo gobernante de los que es la protesta de un pueblo contra la corrupción, las licitaciones incorrectas, la prepotencia y la incompetencia para solucionar conflictos. ¿Nos querrá decir Alan García que los 300 conflictos que hay en el Perú son contra Ollanta Humala? Eso se lo podrán creer los ministros que lo rodean y que penosamente se prestan a justificar las corruptelas y actos indebidos de este gobierno, pero el resto de ciudadanos sabe que si hay sangre en Puno y protestas en otras ciudades como Huancayo y Huancavelica es por culpa de este gobierno y nadie más. La clase política actual tambièn es responsable. Hay congresistas que se pasean por los medios en arrestos emocionales pero que son incapaces de denunciar al gobierno por estos hechos u otros, de probable corrupción como el caso de la amañada licitación de la segunda etapa del Tren Eléctrico a cargo de Odebrecht, empresa brasileña engreida del doctor García y que en cualquier país con una clase política independiente de los fondos de campaña sería investigada a fondo. Creo que estamos presenciando la que será la actitud del doctor García, muy lejana del estadista: la búsqueda de la desestabilización del próximo gobierno. Sus declaraciones son clarísima. Se nota que hay nervios y temor por seguir los pasos de su socio Castañeda Lossio, investigado por la Municipalidad de Lima. Esperamos que el presidente electo Ollanta Humala despierte a los políticos que lo rodean y respondan al actual gobierno como corresponde. Si no lo hace, cuando pretenda hacerlo será muy tarde pues el mensaje que transmite García se habrá instalado en la ciudadanía.
Fuente: Mate Pastor