La madre fortuna no ha podido ser más generosa con el presidente electo del Perú, a través de la sucesión de buenos auspicios que le prodigó desde la campaña presidencial. Asesores políticos de éxito en las figuras de los brasileños Luis Favre (su nombre verdadero es Felipe Belisario Wermus) y Baldemir Garreta, candidatos oponentes absolutamente desinflables como Alejandro Toledo y Luis Castañeda, la admisión por parte de la mayoría ciudadana del cambio súbito de su discurso (extremista a moderado), la felicidad de su primer hijo varón y, por supuesto, el triunfo inapelable en las elecciones de segunda vuelta del 5 de junio.Ese elan positivo continuó con la grata recepción brindada a Ollanta Humala y su esposa en los diferentes países sudamericanos que visitaron. Y fue rubricado con la encuesta de Ipsos Apoyo del 19 de junio – quince días después del ballotage – donde se registra un 70 por ciento de respaldo a la figura del nuevo mandatario.EL SOCIOBajo esta misma atmósfera, todo hacía suponer que el arribo de Humala a Washington para entrevistarse con la secretaria de Estado Hillary Clinton y otras autoridades de los Estados Unidos, reafirmaría su posesionamiento en el panorama internacional como hombre de la centro izquierda latinoamericana interesado en una mejor distribución del ingreso y la identidad con los excluidos. Pero sobre todo en la lucha frontal a esa lacra institucionalizada de nuestras naciones como es la corrupción pública.Mejor no pudo irle. El diálogo con Clinton fue fluido y puntual. Tuvo como materia prioritaria, ciertamente, la lucha contra el narcotráfico. Pero también la tala indiscriminada de árboles en la Amazonía (tema vital en el TLC Perú-EE.UU. y por el que el Congreso de nuestro país aprobó recientemente una nueva Ley Forestal), el crecimiento económico con inclusión social y la aplicación de los programas sociales sin visos de asistencialismo.Clinton dijo que Humala tiene una “gran agenda” por cumplir y que EE.UU. está listo para ser su “socio” en esos propósitos. Lo de “socio” advirtió un buen análisis del lenguaje Ollanta, quien días antes había utilizado la misma palabra para calificar las relaciones con el gigante del norte, lo que se traduce como el deseo de no demostrar ninguna clase de subordinación ante el mismo.La cereza de esta feliz torta fue la sorpresiva entrevista con Barack Obama, encuentro no programado pero confusamente anunciado semanas antes desde el cuartel general de Gana Perú. Abrazos y buenos deseos con el presidente de la nación más poderosa de la tierra. ¿Qué podía enturbiar tamaño éxito? ¿Qué carta maledicente surgida desde la oposición se atrevería a desafiar esta merecida corona a un esfuerzo plausible y singular?HOLA ALEXISNadie lo hubiera imaginado. El baldazo de agua fría vino desde la misma casa del nuevo oficialismo. El hermano menor del presidente, Alexis Humala Tasso, acompañado de dos oscuros personajes, había sostenido pocos días antes nada menos que una “reunión oficial” con el Canciller de la Federación Rusa Sergey Lavrov y los directivos de la empresa de gas Gazprom. ¿La finalidad? Ofrecer el oro y el moro en la explotación de ese recurso energético, alternativas de pesca a la flota rusa en la costa peruana, intercambios turísticos y otros temas. La noticia trascendió el mismo día que Humala dejaba la Casa Blanca con una sonrisa de oreja a oreja. Posteriormente, las sinuosidades de Alexis y su comitiva fueron conociéndose poco a poco. El hermano es el próspero empresario de dos agencias de viajes y dueño de embarcaciones pesqueras. Razones muy personales para tratar asuntos de turismo y pesca. Uno de los acompañantes era Josué Gutiérrez Cóndor, congresista electo por Huánuco y uno de los más díscolos en llenar su hoja de vida a ser presentada ante el JNE cuando fue candidato. El otro, Hugo Loarte, un tipo de triste recordación en la legación diplomática del Perú en Rusia donde fue colocado durante el mandato de Alejandro Toledo por ser militante de Perú Posible. Dirigentes de este partido informaron que Loarte los traicionó antes de la primera vuelta de las recientes elecciones y fue separado por “faltas graves”. Las peripecias de Alexis en Moscú provocaron una hecatombe en Gana Perú. La dirigencia y los nuevos congresistas dieron señales contradictorias, unos cuestionándolo y otros defendiéndolo. Hasta ayer, Ollanta prefirió no dar cara a la prensa. Fuentes internas señalan que el tema lo ha afectado emocionalmente y se le observa golpeado. El nuevo partido oficialista emitió dos comunicados sucesivos en los cuales informaron que el hermano menor no representó al presidente electo ni al partido en sus tratativas con los funcionarios rusos. También que lo suspendían en su militancia y lo sometían a una investigación. Sorpresivamente, Humala recibió un espaldarazo personal nada menos que de líderes políticos adversarios. Su antecesor Alan García dijo: "No hay que estar acosando al próximo presidente desde ahora. Me parece injusto… comenzamos con la mecánica de siempre: antes que comience hay que destruirlo y una vez que termine, hay que destruirlo para que no vuelva’”.Por su parte, el ex presidente del Congreso y ex canciller Luis Gonzales Posada rechazó que se pretenda usar el caso de las reuniones de Alexis Humala para "desacreditar" la imagen del nuevo gobierno y advirtió que eso "no es bueno para el sistema democrático".EL DESLENGUADOPero no sólo el affaire Alexis tuvo preocupado esta semana al próximo jefe de Estado. La manera de cuajar las relaciones con Alejandro Toledo y su partido, Perú Posible, también le dieron más de un dolor de cabeza.Y ello porque el irrefrenable y ya sospechoso de inecuanimidad absoluta, el señor Toledo, siguió hablando como Cantinflas respecto al mismo tema. Por ejemplo, preguntado por el diario El País de España sobre si su apoyo a Humala era un “matrimonio”, Toledo respondió: “Apoyo, sí; pero en la cama, no”, refiriéndose a su rol “vigilante” de la siguiente administración gubernamental.Es un hecho que Humala y Gana Perú ya están hartos de este exhibicionismo de tutelaje que hace el ex presidente chakano. El nuevo parlamentario andino del humalismo, Alberto Adrianzén, dijo a RPP el miércoles 6 que Toledo no guarda las formas para tratar asuntos tan importantes pero que igual el nuevo oficialismo requiere su concurso para la gobernabilidad del periodo 2011-2016. ¿Cuánto durará el romance sin cama? Eso nadie lo sabe.