Corrupción en las ciudades I

Por:Carlos Humberto Campos Seminario

Corrupción en las ciudades, es el título de un libro que analiza este fenómeno desde dos casos emblemáticos, el Gobierno Municipal de la Paz en Bolivia, y la Dependencia Policial en Hong Kong; escrito por Robert Klitgaard (Profesor de la Universidad de Harvard), Ronald MacLean-Abaroa (Alcalde de La Paz ? Bolivia 1985 y 1996), H. Lindsay Parris.

La Corrupción según este libro, es un delito basado en el cálculo económico: si la probabilidad de ser atrapado es pequeña, la multa o castigo es leve y la recompensa es grande, respecto a los incentivos positivos que enfrenta el funcionario público, entonces existe mayor posibilidad de encontrar corrupción; permitiendo, por acción, omisión o connivencia, que terceros se beneficien desde el otorgamiento de contratos, hasta la inejecución de los mismos, pasando por ampliaciones de plazo, adicionales de obra, no cobro de penalidades, recepción de Fianzas ilegales o falsificadas, bienes deficientes o no prioritarios, servicios inconclusos o de baja calidad, etc, etc.

Corrupción, según Klitgard, es igual a Monopolio, mas Discrecionalidad, menos Rendición de Cuentas (C= M + D ? RC); lo que quiere decir que mientras las entidades públicas tengan el monopolio de algunos o de muchos servicios al ciudadano; los funcionarios tengan amplios márgenes de discrecionalidad, sin procedimientos definidos y controlados, con sanciones para quienes no lo cumplan; y mientras no exista un cultura de Rendición de Cuentas, manifestada en transparencia, en publicidad, en acceso a la información, en procesos de selección orientados a lograr una sana competencia, con sanción efectiva y pecuniaria a los funcionarios que por su negligencia e incapacidad, inacción o colusión, perjudiquen al estado no sólo económicamente, sino también con retardo en la ejecución de obras incumpliendo metas y objetivos; mientras todo esto exista, la Corrupción tendrá el caldo de cultivo aparente y necesario para reinar.

En Hong Kong, de los ochenta, existía una modalidad de corrupción, emblemática, que se menciona como ejemplo, en el libro ?CORRUPCION EN LAS CIUDADES? y que inspiró el título de la nota; la Policía que debía combatir los fumaderos de opio, el tráfico de blancas, la venta de droga, y todo vicio existente, estaba muy comprometida con los propietarios de estos negocios, recibiendo elevados montos de dinero para protegerlos, haciéndose los ciegos y comunicándoles algún tipo de operativo para salvar las apariencias; este tipo de corrupción era sistémica, pues toda la policía de la ciudad, incluido el Jefe, estaban comprometidos y recibían coima por su silencio y complicidad; al punto que, cuando llegaba un nuevo efectivo o jefe, le daban la bienvenida con mucho trago, comida y mujeres, y el saludo lo hacía el mas antiguo de los policías, diciéndole que había llegado al Bus donde, si quería podía subirse y gozar de lujo, dinero, comodidades, etc. etc, pudiendo escoger, entre continuar en él para pasarla de lo mejor; o, de lo contrario si su formación ética y moral no se lo permitía, podía bajarse y caminar al lado del bus, o mejor dicho, dejar pasar las cosas, y nada sucedería; pero que jamás se atreva a ponerse delante de él, tratando de detenerlo; pues con toda seguridad lo arrollarían; y esta amenaza la cumplían generándole conflictos, sembrándolo con droga, inventándole delitos; hasta que lograban sacarlo, o que lo trasladen a otra dependencia, todo esto con conocimiento y aprobación del Jefe máximo de la Policía, principal beneficiario de los sobornos.

En la Municipalidad de La Paz, el alcalde Mac-Lean Abaroa, encontró una caótica institución, con problemas económicos muy grandes, con enormes cuellos de botella en el aparato administrativo que beneficiaba la labor de la costra corrupta e institucionalizada; sin embargo el Administrador, Tesorero y el encargado de la maquinaria de la entidad, como el encargado de las contratos y adquisiciones, gozaban de evidente y visible solvencia económica, con vehículos del año, prestaban dinero a todo el mundo, incluido el alcalde cuando tenía que viajar y no era posible la asignación de viáticos, ostentaban poder económico basados en la impunidad de sus actos; hecho que obligó al SEÑOR ALCALDE, que por cierto, NO TENÍA NADA QUE VER CON LA CORRUPCIÓN; a tomar drásticas medidas para erradicarla, empezando por rotar a los intocables, aquellos que a pesar de las denuncias públicas en su contra, a pesar que era evidente su accionar delictivo, nadie osaba tocarlos; finalmente logró encaminar a esta municipalidad por el camino correcto, del desarrollo, honestidad y transparencia hasta el término de su mandato; es de lamentar que en el Perú, no existen muchas (si es que existen), autoridades que miren su paso por una entidad pública como la oportunidad de contribuir a su desarrollo; y no como el gran negocio que servirá para asegurar su vida y la de sus familiares directos e indirectos, y por varias generaciones.

Cualquier parecido con alguna realidad en nuestra región, es pura coincidencia; es importante entender que el Estado somos todos y cada uno de nosotros, y que los fondos que administran el Gobierno Nacional, Regional y Local, son recursos que nos pertenecen colectivamente a todos, e individualmente a ninguno, por tanto debemos cuidar y velar por el óptimo, racional, y transparente uso de cada nuevo sol del presupuesto.