La primera comparecencia pública ante un medio periodístico realizada ayer por el presidente electo Ollanta Humala, luego de la crisis política que generó el viaje de su hermano Alexis a Rusia, ha sido tardía pero tranquilizadora. Además, debe merecer respuestas positivas que zanjen de una vez el tema y – como lo hemos venido reclamando en esta columna – abran las puertas a otros más importantes para el país. Sin embargo, el hecho en sí suscita algunas lecturas básicas para la comprensión de lo que ha venido ocurriendo y podrá ocurrir.1) Aunque se diga lo contrario, los sondeos de opinión sacuden el letargo de los políticos. La última encuesta nacional urbana de Ipsos Apoyo divulgada ayer, la cual evidencia la caída de Humala en 29 puntos (de 70 % a 41 %) dentro de los índices de aceptación popular, habría sido el eyector que obligó al próximo mandatario a decir lo suyo en un programa televisivo. Peor todavía cuando la misma encuesta coloca a Humala un punto menos del respaldo que recibe el presidente Alan García (42 %). Un día más de silencio y la cosa caminaba a empeorarse.2) La confirmación de los trámites personalísimos ejecutados por Alexis Humala para visitar Moscú ya no puede someterse a mayores discusiones. Es palabra de Ollanta. Aunque se especule sobre la materia o se afirme que la pita se rompe por la parte más delgada, no existe hilo por jalar. Dejémoslo ahí y a otra cosa mariposa.3) La ratificación de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reserva no sólo es una buena noticia, sino que también traduce la primera gran derrota del equipo económico ollantista hambriento de los puestos claves del manejo de ese item y del financiero. Recordemos que Velarde fue maleteado hace algunas semanas por Kurt Burneo, quien lo criticó por no haber medido adecuadamente los supuestos de inflación y no “haber reaccionado a tiempo” frente a impacto de la crisis financiera internacional del 2009. Ello sumado a las campañitas que soterrada o en voz alta le hicieron a Velarde los amigos del equipo económico, declarando prácticamente su defunción burocrática. Gran balde de agua fría para ese conjunto de diletantes.4) El rumor sobre el nombramiento de Miguel Castilla en la cartera del Ministerio de Economía y Finanzas, sería otra cachetada al trío Burneo-Dancourt-Jiménez, los acusetes de la herencia dejada por García en cuya administración el posible nombrado ofició como vice Ministro de Hacienda. Ollanta confirmaría con ello que tiene pantalones bien puestos y que sus voceros no necesariamente leen bien sus intenciones gubernamentales.5) El anuncio de Humala respecto a que este miércoles 20 se sabrán algunos nombres del primer Gabinete 2001-2016, retoma la idea de un cronograma ordenado en el proceso de transferencia. Ello corre en paralelo a los rostros del humalismo que ya se vienen exhibiendo en ciertos medios de prensa con peso propio para los cargos que se les asigna: Salomón Lerner Ghitis al premierato, Harold Forsyth a la Cancillería, Carlos Herrera Descalzi a Energía y Minas, Fausto Alvarado a Trabajo, Baldo Kresalja a Defensa. Un mosaico profesional e ideológico que quedará consagrado o descartado dentro de 48 horas. 6) Por último, está lo de la alianza de Humala con Alejandro Toledo. En verdad, bastante congelada a estas alturas del invierno de nuestro hemisferio.