"He actuado en defensa de los sagrados intereses del PERU", dijo MARTHA CHAVEZ, tratando de justificar las injurias y diatribas que lanzó durante más de una hora, contra el señor Presidente elegido democráticamente por la mayoría de los peruanos.
Cabe preguntarse, cómo es que la señora MARTHA CHAVEZ, puede erigirse a sí misma como defensora de los peruanos, si nos mancilló en forma absolutamente grosera a todos nosotros, a todos sus connacionales, al pisotear la dignidad del parlamento y la majestad de un acto cívico máximo, solamente para satisfacer su ego; vociferando mientras el señor Presidente daba su discurso de orden; siendo que en el acto se encontraban presentes: la prensa internacional e ilustres mandatarios extranjeros.
Habría que determinar además, si personas con semejante grado de descontrol, impulsividad, falta de tino, ausencia de valores cívicos y democráticos, carencia de ética y de respeto a los demás, pueden ejercer una función pública tan noble e importante. Acciones así, obligan a debatir SI ES NECESARIO o no, que para el acceso al cargo de congresista, se establezca como mínimo un examen de idoneidad psicológica.
Al respecto, el Pleno del Congreso ha impuesto una sanción medianamente ejemplar, al decidir casi con dos tercios de sus votos, una sanción de suspensión de 4 meses a la señora MARTHA CHAVEZ. Es lo menos que se puede hacer, para demostrar al mundo y al poblador común, que semejante grosería y falta de respeto a la dignidad nacional y al orden democrático, no se pueden dar ni permitir en una sociedad civilizada. Mucho menos, de parte de una señora congresista, que se supone que debe conocer y practicar, el comportamiento de un ciudadano razonable, en una ceremonia tan solemne para el Estado peruano.
Por ello, ojalá que no exista ninguna marcha atrás en la sanción impuesta.