Columna: Agenda Política
Título: Shock de inclusión
Por: César Campos R.
Mañana se presenta ante el Congreso de la República el gabinete Lerner Ghitis, a fin de exponer y debatir la política general del Gobierno, así como anunciar las principales medidas que requiere su gestión. De acuerdo al artículo 130° de la denostada Constitución de 1993, Lerner deberá plantear una cuestión de confianza en torno a sus planteamientos; es decir, solicitar el voto aprobatorio de la mayoría parlamentaria.Es lo que se llama “el voto de investidura”, lo cual - para ciertos juristas – constituye una fórmula híbrida pues se trata de un mecanismo propio de las democracias parlamentarias donde el Jefe de Gobierno surge del mismo seno del Legislativo. No es alguien que viene de afuera propuesto y juramentado por el presidente, como ocurre en nuestro medio.Lo cierto es que todo consejo de ministros requiere esa manifestación de los congresistas y por ello, constitucionalmente, están obligados a debatir lo que proponen. Por lo general y pese a las severas críticas de la oposición al discurso del premier durante el desarrollo del debate (“insuficiente”, “decepcionante”, “no aborda el núcleo de los problemas nacionales”, etc.), una gran mayoría respalda al primer Gabinete. Lo más huachafo que hemos oído es cuando algunos opositores dicen que no darán un voto de confianza sino un “voto de esperanza”.A la espera de la confianza o la esperanza, el Gabinete Lerner está obligado a despejar grandes dudas acumuladas durante estos primeros 28 días del gobierno de Ollanta Humala. Hablamos de incertidumbres generadas sobre líneas básicas del futuro accionar del Ejecutivo y no de los detalles resistidos por una parte de la derecha nativa, la cual todavía no se da cuenta que tenemos un primer mandatario de izquierda.Esas líneas básicas tienen que ver con tres ejes fundamentales. El primero es el compromiso pleno y sin adjetivos con la democracia. Vale decir el respeto a los derechos fundamentales de los peruanos (en especial, el de la libertad de expresión y difusión), su sistema político de separación de poderes y la autonomía de ciertas instituciones públicas. Las prácticas secretistas del Legislativo impuestas por el oficialismo y las “tareas” sugeridas por el Humala a los otros poderes del Estado el día de la instalación del Consejo Nacional de Seguridad, expelen un tufillo autoritario que debe ser despejado.El segundo es el compromiso con el modelo de crecimiento económico basado en las inversiones y el impulso vigoroso del sector privado. Aunque es verdad que el presidente dio una magnífica señal de su clara perspectiva sobre el tema hace dos días, ante el foro empresarial de la APEC, preocupa la creciente incorporación de grandes agoreros del desastre y teóricos de la planificación central en el entorno del jefe de estado como son Félix Jiménez y Óscar Dancourt.Y tercero es el de la lucha antidrogas. Cada día que pasa cobran mayor espanto los pasos que el gobierno viene dando sobre el particular a través de DEVIDA. La materia, sin duda, será ampliamente debatida el día de mañana.Todo lo demás – el combate severo a la corrupción, los programas sociales, la política de seguridad ciudadana, etc. – será esperado con gran expectativa. Mejor aún si, como adelanta la titular del Mimdes Aída García Naranjo, el Gabinete Lerner anunciará un “shock de inclusión”. Esperemos.