FBT en el recuerdo

Columna: Agenda PolíticaTítulo: FBT en el recuerdoPor: César Campos R.Llega a mis manos el libro “El Pueblo lo hizo”, escrito por Henry Pérez Vásquez y editada por la universidad Alas Peruanas. El título de la misma sólo puede evocar a quien elevó esa frase a la categoría de apotegma del trabajo comunal y que fue impresa en las placas de muchas obras ejecutadas por uno de sus programas gubernamentales más ambiciosos, llamado Cooperación Popular: el arquitecto Fernando Belaunde Terry, dos veces presidente constitucional de nuestro país.Acompañan los textos del propio autor y de muchas personas que conocieron al infatigable líder del partido Acción Popular, fotografías tomadas por el recientemente desaparecido Carlos “Chino” Domínguez. Son vistas consagratorias de un político que se vanaglorió de haber recorrido todo el Perú, villorrio por villorrio, tal como lo hizo en su momento su tío Víctor Andrés Belaunde para pergeñar las líneas magistrales de “La Realidad Nacional”.Lo vi por primera vez en 1979, en las postrimerías del régimen de Francisco Morales Bermúdez. Yo hacía la guardia a una valija diplomática remitida a mi familia en la sede del ministerio de Relaciones Exteriores cuando de pronto Belaunde irrumpió en el patio principal del palacio de Torre Tagle, acompañado de un amigo francófono. Con perfecto dominio de la lengua gala, le fue explicando a su amigo detalles de la estructura de la antigua casona. Estimo que el largo tiempo tomado para el relato hablaba de la erudición de Belaunde sobre la materia. Los empleados lo saludaban con afecto y le permitían el acceso a todas las instalaciones.Meses después, el arquitecto habría de ceñirse por segunda oportunidad la banda de presidente de la República. El júbilo de la recuperación democrática, iniciada con la Asamblea Constituyente de 1978-1979 (a la que AP se negó integrar), no fue tregua suficiente para que el delirio de Sendero Luminoso fijara su punto de partida criminal junto a la nueva administración belaundista.Se le achaca a don Fernando pasividad y falta de comprensión del incipiente fenómeno subversivo. Avala esa tesis un testimonio que recogí del general FAP ® Luis Arias Grazianni, entonces presidente del Comando Conjunto de las FF.AA., quien le alcanzó al presidente un mapa del área de acción del comando senderista, todavía concentrado en el departamento de Ayacucho y con su sede ideológica en la Universidad de Huamanga. Belaunde se habría resistido al costo social y económico de una ofensiva militar contra esos núcleos centrales. Quince años después ese costo se multiplicó estratosféricamente y superó todo lo imaginable.En 1993, Paco Igartua me pidió entrevistar a Belaunde para la revista OIGA. En el comedor de su departamento de San Isidro, aguardé que un colega del diario El Comercio terminara de hacer lo mismo. El colega incomodó al arquitecto con el tema de su falta de perspicacia frente al terrorismo. Belaunde iniciaba cada una de sus respuestas con el famoso “oiga usted…”, señal inequívoca de su enfado.Cuando tocó mi turno y aún molesto, me dijo: “estoy cansado que me pregunten cojudeces”. Nunca había imaginado que el arquitecto lanzara ajos y cebollas. Discretamente, borré de mi libreta de apuntes toda alusión a lo ocurrido con sendero en el periodo 1980-1985. Preferí hurgar por su punto de vista sobre el incipiente gobierno autoritario de Alberto Fujimori. Y creo que fue una buena entrevista como que Belaunde fue un buen presidente. Habrá tiempo para sustentarlo.