El Zaragoza no le duró ni media hora al Real Madrid. Atacó muy bien el equipo de Mourinho y no se vio exigido en la defensa. El partido le resultó tan fácil que no hubo tiempo ni circunstancias para reparar en novedades como el papel de Coentrão. Ahora mismo juega de memoria y va como un tiro, imposible para rivales en fase de construcción, prisioneros de la confusión de la directiva y de la crisis general, como el Zaragoza.
El Madrid ha afinado su fútbol y perfeccionado la mecánica de juego. Aumenta la jerarquía de Xabi Alonso, los pases de Özil provocan cada día más admiración, Cristiano parece dispuesto a batir la marca de 41 goles del ejercicio pasado y Marcelo ataca en las dos áreas. Más que aumentar el repertorio, ha perfeccionado su maquinaria ofensiva. La movilidad de Benzema acentúa su fiereza y, hoy por hoy, es un equipo excelso en la verticalidad y la pegada. Si ayer no marcó más de media docena de goles fue por la excelente actuación de Roberto ante los 34 tiros que recibió.
Leer más