Chimbotanos
La bahía de Chimbote es la capital peruana del acero y la pesca debido a la presencia de la siderúrgica y las decenas de fábricas de harina de pescado.
En esta ciudad viven actualmente 400 mil habitantes y como todo gran puerto es escenario de millones de historias interesantes.
El laureado escritor ancashino Oscar Colchado acaba de publicar la novela "Hombres de mar" ambientada en Chimbote de la segunda mitad del siglo XX.
Narra las experiencias del luchador social Pedro Chinchayan y del empresario llamado Muki.
Chinchayan es el incansable organizador del sindicato de trabajadores que se enfrenta a una alianza formada por los patrones, el divisionista MLR, grupo de asalariados del dictador Francisco Morales Bermúdez y un sector de la iglesia liderada por el obispo Luis Bambaren.
Muki es alter ego de Eudocio Martínez Torres. Oriundo de Pataz, inmigró a Chimbote a los 16 años. Hizo su primer capital reparando redes, después compró embarcaciones y aprendió el tráfico de drogas con Luis Banchero Rossi quien, según el relato, acompañado de un químico alemán viajaba frecuentemente a la zona entre los ríos Monzón y Huallaga para recolectar pasta básica de cocaína y luego exportarla camuflada en latas de conserva de pescado.
Chinchayan fue detenido y conducido a Lima siendo apresado en el penal El Frontón.
En 1980, ante la convocatoria a elecciones fue liberado y regreso a su tierra donde se sorprendió que el enemigo eran los terroristas de Sendero Luminoso. En 1985, fue candidato al parlamento en la lista de Alfonso Barrantes.
Muki instaló un aeropuerto en Guadalupito, 30 kilómetros al norte de Chimbote donde llegaban las avionetas repletas de droga. Al poco tiempo amaso una fortuna evadiendo el acoso de los agentes de la DEA gracias al apoyo del asesor presidencial Vladimiro Montesinos.
La obra " Hombres de mar " logra describir con crudeza la evolución de la sociedad chimbotana que lamentablemente ha sido infiltrada por el poder del narcotráfico.
El tono de la narración es dramático y el ritmo sigue la travesía de una bolichera en alta mar.
Colchado se luce pincelando la atmosfera porteña. Es cautivante que calles y plazas de la ciudad sean retratadas en detalle.
Empero, cae en la tentación de incluir leyendas urbanas demasiado conocidas que disminuyen el interés del relato.
En conclusión, el libro es un bello y justo homenaje que merecen los chimbotanos.