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Lunes 05 de septiembre 2011

Arrogante Montonero

Lunes 05 de septiembre 2011
Arrogante Montonero
ARROGANTE MONTONEROPor: César Campos R. Diario EXPRESO, lunes 5 de setiembre de 2011

 

A sus casi 96 años, Armando Villanueva del Campo es uno de los más vigorosos y lúcidos amigos con quien suelo departir sobre los temas políticos de actualidad. La fortuna de acceder a su casa, escucharlo y alcanzarle también algunas opiniones, evoca en mi espíritu aquella canción de Violeta Parra por la cual le damos gracias a la vida que nos ha dado tanto. Y digo que gracias a la vida larga, fructífera y combativa de Armando, tanto recibo de su voz y experiencia como caudal inagotable de la historia de nuestro país. Quizás por ese intenso nivel de interlocución, Armando me dio el privilegio de ser uno de los comentaristas del libro “Arrogante Montonero”, presentado en el local de la base del PAP de Miraflores el último sábado. La obra recoge las conversaciones entre el patriarca aprista y el historiador Pablo Macera sobre las vivencias políticas del primero, realizadas hace 31 años, las mismas que – motivos incomprensibles – no fueron editadas en su oportunidad. Ahora, gracias al Fondo Editorial del Congreso salen a la luz.El título se inspira en una parte del  soneto que el mismo Villanueva  del Campo escribió como homenaje a su compañero Ramiro Prialé, quien había tallado una tabla de madera con el rostro de aquél. “Tiene mi cara rasgos de severo /son líneas padre que tomé de ti / También fuiste arrogante y montonero…”Dije en la presentación que la lectura de este libro complementa la de otras dos obras imprescindibles para entender la dilatada lucha de su personaje central. Una es “La gran persecución”, la cual recoge otro diálogo de Villanueva con Guillermo Thorndike sobre el periodo de resistencia y clandestinidad del Partido Aprista que duró desde 1932 hasta 1956. La segunda es “Los peruanoides”, escrito por Pedro Villanueva Urquijo , padre de Armando y recién editada por éste en el 2006. En la misma, don Pedro – médico de Augusto B. Leguía y diputado adherente a su gobierno entre 1924 y 1928 – deplora la conducta vengativa y cainita contra el gobernante del oncenio luego de su derrocamiento en 1930, reivindicándolo en varias de sus acciones.Creo que Armando siempre tuvo la necesidad de exhumar el leguiísmo paterno como la urgencia de contextualización de sus raíces políticas. No sólo él sino muchos apristas como el mismo Víctor Raúl Haya de la Torre o Luis Alberto Sánchez – que animaron el surgimiento de la “patria nueva” por su severa ruptura con el civilismo clásico – debieron hacerlo a lo largo de su vida. Haya de la Torre, a la postre, se convirtió en uno de los tantos perseguidos de la dictadura de Leguía. Sánchez no, como tampoco José Carlos Mariátegui quien pudo desenvolver toda su madurez socialista radicando en Lima y sin ser molestado por el régimen de turno.El terco enraizamiento de Armando en su postura de izquierda aprista me hace compararlo con Sthépane Hessel, el autor del opúsculo “Indignaos” por el cual millones de jóvenes en todo el mundo han salido a las calles a protestar contra las inequidades del sistema capitalista, ya no rendido a la democracia sino a las oscuras maniobras de los capitostes del sistema financiero internacional. Hessel tiene 93 años, dos menos que Armando. Redactó parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.Tengamos en cuenta a estos viejos que – como dijo Pascal y lo parafraseó alguna vez Alan García – resuelto su pasado, sólo les queda el futuro por delante.   

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COMENTARIOS
1 comentarios
Un Buffalo con todo lo que implica, sobre todo matón, no merece mas respeto que un terruco disfrazado de demócrata....osea nada
05 de septiembre 2011
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