Nada es lo que parece estos días en Trípoli. El gobernador interino del Banco Central de Libia, Qasem Azzuz, declaró ayer que Muamar el Gadafi vendió entre abril o mayo 29 toneladas de oro. O lo que es lo mismo: el 20% de las reservas de oro del país, unos 1.700 millones de dinares equivalentes a 1.000 millones de euros. Tras colocar la mercancía entre comerciantes libios, Gadafi consiguió pagar los sueldos de miles de funcionarios. Trató así de imprimir hasta el último momento en Trípoli una cierta sensación de estabilidad. Y consiguió que la asfixia financiera a la que se vio sometido por la comunidad internacional no se trasladase de inmediato a la calle.
Pero hace dos semanas que los rebeldes tomaron Trípoli y de aquel oro ya no queda ni rastro. Miembros del Banco Central aseguran que alguien consiguió hacerlo pasar hacia Túnez y otros apuntan a Níger. Y ahora es el gobernador del Banco Central quien pretende tranquilizar al país cuando asegura que hay dinero suficiente para garantizar los servicios básicos. En cierta forma, trata de restarle importancia a la pérdida del oro. Pero el Consejo Nacional de Transición no oculta que tiene tanto interés en capturar a Gadafi como en seguirle la pista a los lingotes. Algunos de sus miembros aseguran que en los últimos días han cruzado convoyes armados hacia Níger cargados de oro. "Si eso es así", declaró a France Presse el responsable de Asuntos Exteriores del nuevo Gobierno, Fathi Badja, "queremos ese dinero de vuelta". Leer mas
Fuente: ELPAIS.COM