Eran las 9 de la noche y el rechazo del pueblo trujillano a la cúpula partidaria era contundente y los gritos de RENOVACION SIN CORRUPCION resonaban en las paredes del histórico local. Los matones agredían a los jóvenes y hasta a las compañeras. Trujillo expulsaba así a los profanadores de nuestros mártires. La gran mayoría seguía protestando a los gritos de QUE SE VAYAN LOS CORRUPTOS.
Fuente: Vanguardia Aprista