No hay unidad con Alan

No hay unidad con Alan 

Por Julio Garrido Huaynate Siempre ha habido tendencias en el Apra; probablemente desde su fundación. La desunión empieza a la muerte del Jefe; por tanto la pregunta fluye lógica: la guerra interna que inició Armando para hacerse del control del aprismo, destruyendo una amistad de 50 años con Andrés, para ser candidato, fue el hito de lo que hoy tenemos: infraternidad, desviacionismos, egoísmos y ruindad; recordemos que a su sombra creció García. Digamos la cosa con su nombre y no en mensajes crípticos y almibarados. Se clausuraron hasta dos generaciones apristas por enlodarse con Lamberg, amigo de Armando, del “Chayo”, de César López Silva y del mismo García. Villanueva al irse de viaje a Europa, luego de la campaña del 80 permitió que el ciudadano se hiciera de la organización y la tratara de proyectar solo en su beneficio; la cosecha la tenemos hoy frente a nuestras narices.La cosa es unión y no juntura electoral, que es lo que ha habido estos 30 últimos años. La unidad verdadera, la sincera, la fraternidad, no la puede proporcionar Alan García. Pienso que nunca la pudo dar; no está dotado para eso, ni le interesa; él va en su propio carril. Ha envilecido la política peruana como nadie.Ha emputecido no solo al partido, sino a la dirigencia; y encima los trata mal, como a perros. Los intonsos son gente interesada en una prebenda electoral a futuro. Pregunto: ¿qué compañeros con peso específico propio lo secundan? Ninguno.¿Qué le puede interesar el verdadero aprismo, si él está en Las Casuarinas y paseándose en un auto de $85,000 dólares?Lo he dicho de Armando: renunció a ser el contrapeso del primer gobierno de Alan y hoy es muñeco de ventriloquía de sus deseos. En su segundo gobierno, se exoneró de tener un papel rector, de equilibrio, de cordura en las posiciones y disputas internas.Cuando ingresé a San Marcos me convertí es su férreo admirador. Muchas veces le increpé su actitud luego de ver su actuación a partir del 80. Es cierto, se lleva a la tumba muchos secretos que desbaratarían al mismo ciudadano.Ya no está a la altura de lo que fue: un defensor del partido, para convertirse en un defensor de Alan y sus maldades con el aprismo. Dejémoslo en paz.            Magdalena Del Mar, 1, octubre, 2011 Julio Garrido Huaynate