Por: Dante Abad. danteabad@hotmail.com
Para la mayoría de nuestras autoridades políticas la mejor forma de legislar es formalizando la informalidad y dando legalidad a lo ilegal, de esa manera lo informal sigue funcionando igual: sin orden, sin seguridad, con precariedad pero en un marco de formalidad, lo más grave es cuando con el mismo criterio se legisla para que lo ilegal se mantenga como legal, de esa forma ya no se persigue pues deja de ser delito, ni que hablar como se fomenta la inversión privada: dando a precio de regalo los bienes públicos, pero ese es otro tema. Ahora un claro ejemplo de esas malas prácticas es la Ley que promueve el acceso de jóvenes al mercado laboral y a la protección social (Ley Nº 30288), las Palabras del Presidente de la Republica, Ollanta Humala: “La ley está dirigida para que los jóvenes que son actualmente sobre explotados tengan algunos derechos”.
Que hace el estado para impedir que los jóvenes sean sobre explotados?, situación actual que nadie niega, no se sanciona a los que incumplen las leyes laborales sino se les recorta los derechos laborales a los jóvenes y se legaliza la “explotación laboral” que a partir de la ley ya no será explotación, un botón para demostrar que no siempre la ley es justa.
¿Dónde van el dinero de las vacaciones no pagadas?, ¿Dónde van el dinero de las CTS?, ¿Dónde va el dinero de las gratificaciones? ¿Dónde va el dinero de las utilidades? Quedan en las manos de los “empresarios” que deberían ser los primeros en indignarse en una ley como esta, donde queda la responsabilidad social empresarial, tan de moda, la primera responsabilidad social es con los trabajadores, donde está la voz de los pequeños empresarios que se solidarizan con los jóvenes de los sectores populares… seguimos esperando, en el mes de navidad, no hay que perder la esperanza.
Un mundo al revés que se gobierna no por los principios sino por un pragmatismo extremo donde el centro es la acumulación de dinero, y todo siempre se hace tomando de justificación a los “pobres”, a los “marginados”, a la población “vulnerable” y como no por los jóvenes… La palabra CIUDADANO queda ya ni siquiera en papel, sencillamente se hace mierda.