El veloz estilo de juego y la gran contundencia que mostró Alemania en el Mundial de Sudáfrica en julio, cuando finalizó en tercer lugar, fue una vez más evidente en Colonia.
"Nos estamos divirtiendo, disfrutando el fútbol y marcando goles", dijo el defensa Philipp Lahm, quien asumió la capitanía en ausencia de Ballack.
El centrocampista de 33 años, que se perdió el Mundial por una lesión de tobillo y aún no ha vuelto a ser convocado por su falta de ritmo de partido, afronta una dura batalla para recuperar su lugar en el equipo que dirige Joachim Löw.
"Es divertido ver jugar a este equipo. Uno realmente siente que el equipo está bien aceitado", declaró Löw a periodistas después del partido.
Es difícil imaginar cómo Löw, quien a principios de esta semana aclaró que Michael Ballack todavía entraba en sus planes, podría integrar al experimentado jugador con sus jóvenes y rápidos centrocampistas Bastian Schweinsteiger, de 26 años, y Sami Khedira, de 23, que están en un gran nivel.
Aunque resultó confirmado como capitán, Ballack también fue notificado de que tendrá que esforzarse para recuperar su puesto como titular a expensas de alguno de sus colegas, algo que parece poco probable en este momento.
El talentoso centrocampista ofensivo Mesut Ozil, sensación en el Mundial y ahora jugador del Real Madrid, se hizo cargo de la creación y tampoco parece dispuesto a dejar su lugar al capitán del Bayer Leverkusen, quien no estuvo presente en el duelo ante Azerbaiyán en Colonia.
"Incluso después de un partido así creo que hay cosas para mejorar", expresó el delantero Miroslav Klose, quien anotó dos veces en el encuentro para unirse a Joachim Streich con 55 tantos en el segundo lugar en la lista de goleadores históricos de la selección alemana, detrás de Gerd Müller.
El próximo compromiso de Alemania en el Grupo A será el 8 de octubre en Berlín contra Turquía, que también ha ganado sus dos primeros partidos. Con un Ballack de 34 años para ese momento, su tiempo en la selección podría estar acabándose.
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