La cumbre de los líderes europeos se presenta agitada tras el acuerdo de Sarkozy y Merkel que planea retirar el voto a aquellos países de la UE que incumplan las directrices económicas del bloque. El presidente de la Comisión se muestra tajante: "Si el cambio de Tratado debe servir para reducir los derechos de voto, entonces me parece inaceptable".
La cumbre que los líderes europeos celebrarán el jueves y el viernes se presenta agitada tras el pacto que Francia y Alemania han alcanzado para exigir una reforma del Tratado de Lisboa que Bruselas tachó de “inaceptable” en un primer momento.
La idea del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, es quitar el voto a los países que no cumplan con las directrices económicas que estipula la Unión Europea (UE), para evitar los Estados fallidos.
El contenido de ese pacto franco-alemán, que alcanzaron el día 18 de octubre de espaldas a los demás miembros de la UE, exigiría para su aplicación la reforma del Tratado de Lisboa.
El presidente de la Comisión Europa, José Manuel Durao Barroso, se ha mostrado dispuesto a reformar el Tratado, pero no en los términos que estipulan París y Berlín. Su propuesta "no es realista, es incompatible con la idea de un cambio del Tratado limitado y nunca será aceptado por unanimidad", ha advertido...
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