Domingo 19 de mayo 2024 | Contáctenos
La propuesta para retirar el derecho de voto a los países que incumplan los compromisos de déficit presupuestario se aplaza hasta 2011. La modificación del Tratado de Lisboa será “limitada”, según explicó el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy. Este último que quiere evitar la repetición del proceso de ratificación en los Estados que tantos problemas tuvo para salir adelante.
Si Europa es un coche de dos velocidades como propugnan muchos, lo que queda claro es que la caja de cambios para pasar de una marcha a otra está en los despachos presidenciales de Francia y Alemania. Ayer durante la Cumbre Europea celebrada en Bruselas, la canciller alemana y el presidente francés lograron que los líderes de la Unión Europea accedieran a crear un mecanismo permanente para períodos de crisis que implicará “una modificación limitada” del Tratado de Lisboa, según explicó de madrugada el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. En el punto de mira de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy se han puesto los países que corren el riesgo de ser insolventes y para los que hay habilitados de forma temporal, por tres años, un fondo de rescate de 750.000 millones de euros. Para que este fondo sea permanente, ambos líderes han impuesto crear un “procedimiento ordenado para los Estados insolventes”, por el que cuando un país esté en dificultades para acudir a los mercados se le ayudará pero a cambio de unas condiciones muy “estrictas”, aún por definir. La petición de Merkel deja una pista: sanciones políticas que consisten en retirar el derecho de voto a los países que incumplan el déficit presupuestario pactado, exigencia para que quiten parte de su deuda en ese momento y que los bancos que han adquirido su deuda asuman parte de la quita...
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