Y ahora, ¿a quién sirve Fuerza Social?

Óptica Crítica Y ahora, ¿a quién sirve Fuerza Social? Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas Una deficiente apreciación política estratégica ha logrado dominar, sin duda, el debate interno que se dio hace muy poco en los predios de Fuerza Social, para que esta agrupación decida la forma de participación en los próximos comicios presidenciales y congresales. Deficiente, porque tuvo como base la inconsistente creencia de que la emergente organización ya había logrado, sola, (¡de un momento a otro!) ponerse pantalones largos y haber accedido a la talla de los partidos y organizaciones políticas “tradicionales”, al punto de pensar que puede competir con ellos de igual a igual; y todo eso, por el simple hecho de haber ganado las elecciones municipales.  Todos saben que la falsedad de la creencia está a la vista, porque no escapa al criterio de nadie que ese triunfo no fue solo de Fuerza Social, sino de toda la “confluencia” de organizaciones de izquierda que se involucraron en el proyecto político electoral municipal. A ese esfuerzo conjunto concurrieron, como es también harto sabido, una serie de hechos que se dieron en plena coyuntura electoral, los cuales determinaron el triunfo de la Villarán y consecuente debacle de Lourdes Flores. Entre ellos, baste citar a la previa defenestración de Alex Kuori, Las conversaciones telefónicas de la candidata pepecista, la propagación de la imagen de ésta como “candidata de los ricos” y sempiterna perdedora; y, el crecimiento de una conceptuación de Susana Villarán como “cara nueva y honesta”, especialmente en las juventudes. ¿Deslealtad y traición? Durante la campaña, ha sido muy notorio ver a militantes activistas de partidos que proclamaron su apoyo a lista encabezada por Susana Villarán, trabajar arduamente, calle por calle, manzana por manzana, mercado por mercado, barrio por barrio, conversar con la gente, esclarecer posiciones, repartir volantes, en fin, ganar votos para Fuerza Social. Viene la noticia de que “Fuerza Social correrá sola, con candidatos propios” en las elecciones del próximo año, después de que culmina el largo y lento escrutinio de la votación con el anuncio oficial del triunfo de esta agrupación que ya reclama la transferencia pronta del poder municipal limeño.  Cabe preguntarse entonces qué pensarán ahora sobre tal noticia, todos aquellos militantes de partidos izquierdistas que -con miras futuras al proceso del 2011- contribuyeron a labrar esa victoria, esforzadamente, anónimamente. Ellos deben estar pensando en que son víctimas de la deslealtad cuando no de la traición, puesto que con esa decisión aislacionista deben sentir que han sido enviados por Susana y su tropeé de tecnócratas centro-derechistas, al mismo sitio donde Lourdes Flores dijo que se metieran el municipio capitalino. Al servicio de la derecha La decisión ha sido proclamada a los cuatro vientos, con indisimulables ínfulas y triunfalismos por el corrillo de dirigentes que han tomado posturas de grandes figuras de la política peruana. Hasta ahora este grupo no ha sabido explicar punto por punto en que discrepan del programa publicado por Ollanta Humala, ni por qué le hacen ascos a una alianza con este candidato y su partido nacionalista. “Nos hemos desvinculado del MNI porque acordó apoyar a Humala”, “las visiones de Humala y las nuestras son distintas” ha dicho la Villarán y repetido sus adláteres. Pero no han dicho ni dicen en qué, ni por qué, ni cuáles son las discrepancias y diferencias. Han apelado al fácil recurso de las generalidades. La publicitada determinación de Fuerza Social de participar con candidato y listas propias en el 2011, ha contado, cuenta y contará con la cooperación de medios de comunicación y agentes políticos de la derecha peruana, muy conforme y alborozada por ver cómo se diluye la posibilidad de un gran frente de izquierdas que acumule capacidades como para disputarle el poder político por las vías constitucionales. Basta preguntarse ¿A quién perjudica y a quién favorece el hecho de que Fuerza Social “vaya sola” en las próximas elecciones?  La respuesta cae de maduro: Perjudica gravemente a las fuerzas de izquierda porque le quitarán votos, lo cual a su vez favorece a las expectativas de todos los demás candidatos, todos -con matices casi imperceptibles-, de derecha. Está clarísimo. Como consuelo, debe celebrarse sin embargo que han quedado atrás (momentáneamente, lo sabemos) los propósitos colaboracionistas con Alejandro Toledo que propugnó el grupo de caviares que quieren mantener  como sea el “establishment ”,  aliándose con esa mezcla de cholo peruano con pensamiento económico de gringo republicano. Lamentablemente, han quedado también atrás los esfuerzos de la Confederación General de Trabajadores del Perú CGTP por unir a las fuerzas del campo popular; atrás los reiterados llamados del padre Arana para conformar el gran frente del cambio; atrás las invocaciones de dirigentes, profesionales, académicos de lo mejor del mundo intelectual. Dejemos salvada y reconocida la consecuente  lucha de aquella minoría de militantes, que en el Congreso de Fuerza Social buscaron sin éxito, mantener a su partido en el duro camino de las grandes transformaciones que el pueblo peruano ansía. Lima 16 de noviembre de 2010GUILLERMO VASQUEZ CUENTAS