¿Dónde
se inició la medicina? Nadie lo sabe, pero los reyes del Nilo, en Egipto, se
consideraban la encarnación de fuerzas inmensas y permanentes que los
sobrevivían en su vida biológica. Pensaban que estas fuerzas penetrarían el
cuerpo fallecido y provocarían la continuidad de la vida como un rey endiosado,
siempre y cuando la envoltura física fuera preservada.
De allí los fabulosos templos
funerarios llamados pirámides y los embalsamamientos, algo no lejano de las
trepanaciones y la preservación de momias en el antiguo Perú.
A comienzos del siglo XX, Sir William
Osler, pionero de la medicina angloamericana, se interesó en una estatuilla
egipcia de un personaje de la alta clase que vivió alrededor de 2,800 años
antes de Cristo, llamado Imhotep o "aquel que da satisfacción". Fue considerado
por Osler como la figura del primer médico de la antigüedad, anterior a
aquellos de Grecia.
Herodoto, un griego del Asia Menor,
hizo los primeros relatos sobre la medicina egipcia, por el año 450 a.C., y la
describió como "un plan de especialidades", pero recibió un marcado
escepticismo de los historiadores occidentales por mucho tiempo.
Cuando Hermann Iunker descubrió en
1926 una placa de piedra en Giza, cerca de Keops, los jeroglíficos indicaban la
existencia de un personaje llamado Iry, que fue médico de la corte y jefe de
otros médicos alrededor de 2700 años a.C. La placa hace referencia a algunos
esbozos de especialidades como la oftalmología y las vías digestivas. La
descripción de Herodoto se hizo creíble. Inclusive, existía un médico llamado
Sekhet, que se encargaba de "cuidar las vías respiratorias del rey".
Flavius Clemens, fundador de una
iglesia cristiana en Alejandría, describió en el siglo II hasta 42 libros
escritos por sacerdotes egipcios del Periodo Antiguo, con conocimientos de
anatomía, fisiología, farmacología y cirugía, y diversas enfermedades de la
mujer. Y Georg Ebers, en el siglo XIX, compró un papiro en Egipto que contenía
la "preparación de las medicinas para el cuerpo humano", algo que asombró y
revolucionó el concepto de entonces sobre la medicina egipcia.
Griegos, un hito en la historia
La medicina griega antigua marca un
hito absoluto en cuanto al aporte científico y ético en su práctica, así como
también por su contenido filosófico. Es decir, la medicina griega no solo fue
una profesión sino un evento cultural profundamente arraigado en el espíritu
mismo del pueblo griego, algo de la mayor importancia.
Cuenta la mitología que Asclepios o
Esculapio, como se le conoce en la cultura romana, curador por excelencia e
iniciador de la medicina griega, nació de un padre divino, que era Apolo, y de
la doncella Coronis, de noble origen. Una unión excepcional que engendró al
pionero griego de la medicina.
Molesto Apolo al enterarse de los
amores carnales de Coronis con el hijo del gobernador de la región, Isquis, la
mató, extrayendo al bebé Esculapio de su vientre antes de ponerla en la pira
funeraria. Hecho de profundo valor simbólico, que para algunos tiene diferentes
significados, incluyendo el de una posible referencia a la fiebre puerperal.
Pero es claro que la medicina era un don de los dioses, representados por
Apolo, y una naturaleza humana capaz de errar, simbolizada en Coronis.
Esculapio fue un gran curador y fundó
en Epidauro el centro médico más importante de la época, al cual concurrían
diferentes enfermos de muchas regiones de Grecia. Su símbolo, un bastón con dos
serpientes enroscadas, representa la conciliación y el triunfo de la sabiduría
sobre las fuerzas naturales.
Pero es con Hipócrates, al parecer
descendiente de Esculapio, ilustre médico y maestro de la isla de Cos, con
quién se da forma racional y ética a la medicina, apartándola de lo sobre
natural y afirmando que el origen de las enfermedades estaba en la naturaleza,
es decir haciéndola científica. Su teoría de los cuatro humores, flema (agua),
bilis amarilla (fuego), bilis negra (tierra) y sangre (aire), explicaba los
morbos como desequilibrios entre estos humores, concepto que persistió durante
toda la Edad Media propagado por la influencia del gran médico Galeno.
El juramento hipocrático, básicamente
ético, en principio obligaba a guardar el secreto de la doctrina y a enseñarla
solo a los hijos de los médicos o a los escogidos para ser iniciados. Los
tratados hipocráticos, su mayor legado, consisten de 70 tratados llamados
Corpus Hipocráticum, en donde se describen los métodos de diagnóstico y
tratamiento recomendados, en base a la naturaleza del individuo. Hay enfermos y
no enfermedades, decía Hipócrates.
El Renacimiento representa una gran
revolución con los descubrimientos anatómicos de Vesalio y de Da Vinci, el de
la circulación sanguínea con Harvey y Servato, así como con los avances de la
medicina árabe con Avincena y de la judía con Maimónides. Llegado el siglo XIX,
época de los grandes descubrimientos, aparece Pasteur con la idea del contagio
por seres microscópicos llamados microbios; la antisepsia y la asepsia con
Lister, y la anestesia por éter con William Morton, lo que permitió el rápido
avance de la cirugía con atrevidas intervenciones y arriesgados operadores.