Bush se refirió en particular al “submarino”, que consiste en sumergir al criminal en una tina de agua hasta conseguir casi su ahogamiento. Bush dice que esta técnica ayudó a prevenir ataques planeados en Londres y en Estados Unidos.
El ex presidente norteamericano considera "correcto" haber autorizado el “submarino” contra el paquistaní Khalid Sheikh Mohammed, autoproclamado cerebro de los atentados del 11 de setiembre del 2001 en Estados Unidos.
El mundo entero ha salido a condenar sus declaraciones con las vestiduras rasgadas. Amnistía Internacional ha pedido que sea juzgado. Sin embargo, ¿realmente es un crimen deleznable maltratar un poco a personas envilecidas y fanáticas que han ocasionado la muerte de miles de inocentes y que podrían causar miles más si no se hace algo para detenerlas?
Nadie en su sano juicio elegiría como primera opción sumergir la cabeza de un terrorista en un bote lleno de agua para interrogarlo. Primero se le pregunta. Después se le vuelve a preguntar. Luego se le pregunta una vez más. En la medida de lo posible, se le trata con la humanidad que él no tuvo para asesinar a sus víctimas. Se crea un ambiente adecuado y cómodo para que responda.
¿Pero qué procedimiento se emplea cuando el terrorista se niega a proporcionar información que impediría la muerte de miles de inocentes? ¿Se le manda a dormir en una cama mullida, bien abrigado y con el estómago lleno? ¿O se hace todo lo posible para frustrar la muerte de gente inocente?
La vida del ser humano debe ser respetada en cualquier circunstancia. Todas las vidas humanas valen igual. Suena muy bonito. ¿Opinarán igual los millones de huérfanos, viudos y viudas que ha dejado el terrorismo en el mundo?
El ser humano pierde tal condición cuando emplea el terror y asesina indiscriminadamente a personas que no tienen nada que ver con sus ideas religiosas o políticas. Cuando asesina a machetazos a 69 campesinos en Lucanamarca o detona un coche bomba en Miraflores o estrella un avión contra un edificio en Nueva York y deja sin madre a un niño que ni siquiera es capaz de entender qué sucedió, entonces el criminal quebranta su naturaleza humana. Ni siquiera se animaliza. Se declara enemigo de la especie humana. Se torna inhumano. Y la especie humana tiene que defenderse de él.
Desde luego, es escalofriante y catastrófico que el ser humano haya debido llegar a métodos extremos como la tortura para protegerse del ataque de otro ser humano. Pero hay millones de niños en el mundo que lo único que quieren es darles un beso a sus madres cuando llegan a casa. Hay demasiadas personas que parecen haber olvidado que, primero, se defiende al inocente.