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ISABEL MANCILLA Y GENARO YUCRA

Una vida de trabajo que hoy cobra sus frutos
La fortuna se construye, más que con suerte, con esfuerzo y trabajo. Es el caso de Isabel Mancilla, quien, junto con su esposo Genaro Yucra, alcanza reconocimiento mundial con sus tejidos de lana de alpaca y ovino, cerámica fina y todo tipo de artesanía nacional. El Ekeko del Perú ya tiene más de 17 años, continúa difundiendo nuestra cultura. Todo un ejemplo a imitar. Veamos por qué.
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ISABEL MANCILLA Y GENARO YUCRA

“Siempre soñé con una empresa con el nombre ‘Ekeko’, este es un personaje especial para mi. A mi ‘Ekeko’ siempre he querido y lucho para hacerlo crecer; trabajo por ello 16 y, a veces, hasta las 24 horas del día. Hemos crecido con esfuerzo y trabajo”, dice Isabel Mancilla, quien recibe a GENER@CCIÓN en la comodidad de su oficina ubicada en el distrito de Pueblo Libre.

 

Isabel es natural del Callao. Su madre huancavelicana y su padre ayacuchano, le enseñaron con su ejemplo, según ella, a ser cada día mejor. “Mis padres fueron artesanos, de ellos aprendí lo que soy. Ellos fueron los primeros, los fundadores, de las galerías de artesanos que están en la cuadra 10 de la avenida La Marina. Ahí todo comenzó hasta el día de hoy que nos encontramos en otro nivel”, nos cuenta.

 

BATALLAS GANADAS

 

Ekeko del Perú S.A. nació hace más de 17 años, mucha agua ha pasado bajo el puente desde el momento de su formación. Su creadora, Isabel Mancilla, señala, que luego de haber hecho sus pininos en nuestra patria, cruzaron fronteras y fueron a dar al Canadá, a ocasión de una invitación que les cursaron para participar en una feria.

 

"Nos invitaron a una feria de indios canadienses, duró 10 días; la organización era pésima, recuerdo que a muchos de los que participamos no nos llegó la mercadería a tiempo para armar las presentaciones. Nosotros por suerte viajamos con nuestras cinco maletas llenas de mercadería; vendimos todo, recuperamos lo invertido e incluso ganamos, y regresamos a Lima", dice sonriente, relatando su primer logro lejos del Perú.

 

Ya, poco después mostrándonos sus tejidos transformados en prendas de vestir, que de seguro algún europeo luce en estos momentos, nos dice que su empresa también ha conocido momentos difíciles; pero que gracias al trabajo y creatividad han podio salir adelante. “Hemos atravesado momentos difíciles, en una ocasión, en Roma, nos robaron gran cantidad de mercadería. ¿Qué hacemos?, son 30 mil dólares, nos repetíamos sin cesar”, recordó.

 

“Se imagina, el camión que llevaba nuestra mercadería se hizo humo”, relata, ensayando una sonrisa, como quien relativiza el pasado, para luego enseguida decir, “entonces decidimos proseguir, teníamos que cumplir con nuestros trabajadores y de nuevo emprender. Todo era cuestión de actitud y así empezamos nuevamente. Le dije a mi esposo que él sería el embalador y yo la secretaria. Como ve, continuamos en la lucha”.

 

SU SOCIA Y AMIGA

 

Rodeada de sus trabajadores en su taller, Isabel nos presenta a su amiga, la colombiana Isabel Bastida. “En 1992 fuimos invitados a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias, España, a una gran feria con motivo de los 500 años del descubrimiento de América, era la primera vez que viajábamos a Europa, ahí conocimos a Isabel, desde entonces somos amigas y socias”, detalla.

 

“Ella, luego de ver como vendía mis chompas, recuerdo que se me acercó y me dijo simplemente, que si yo no estaba interesada en venderle mis productos. Ni corta ni perezosa, le dije que sí y desde ahí comenzamos a trabajar juntas”, dice sonriente la propietaria de ese pequeño imperio que es su empresa Ekeko del Perú, la que haciendo honor a su nombre, “se mantiene erguida pese a las dificultades que no han faltado”.

 

Hoy Isabel Bastida no reside más en España como en el momento que su destino se cruzó con el de la otra Isabel, vive más bien en Coventry, una ciudad situada en el mismo centro de Inglaterra, a tan solo 20 minutos de la ciudad de Birmingham. Desde ahí, una vez con los tejidos de Alpaca y artesanías que importa desde el Perú en su poder, los distribuye a través de ferias, ventas individuales y comercios que conforman su clientela por doquier en las tierras de la Rubia Albión.

 

PERÚ DE EMPRENDEDORES

 

Como muchos peruanos, nos dice Isabel poniendo énfasis en su expresión, nosotros provenimos del interior. “Nos hemos forjado un destino propio a fuerza de trabajo, el destino que denominamos el del nuevo Perú. A nuestra manera, haciendo lo que nos corresponde hacer como medianos empresarios, tratamos de sacar nuestro país adelante”, sentencia con orgullo cogiendo de la mano a su esposo.

 

“Para llegar hasta donde estamos, nos dice Isabel, no hemos contado con el Estado, hemos crecido solo con nuestros propios medios. Ni los bancos privados creyeron en nosotros, nos miraban como cosa extraña, parecía como si no encajábamos en su esquema; no lo digo por quejarme, solo le describo lo que sucedió, cuántos habrán como nosotros y están pasando por lo mismo”, añadió Isabel.

Así prosigue durante minutos la conversación en la que ella nos repite que “ahora somos más responsables, tenemos todo para poder crecer”, como quien dice que, pese a la poca presencia del Estado y de las entidades financieras tal como ella señaló, lo más importante está de su lado, del lado de todos aquellos que desean emprender: una actitud positiva frente a la vida, como en el caso del Ekeko. Sin duda toda una historia de emprendedores digna de resaltar.

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