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REVISTA

Quema de Libros del Nobel Mario Vargas Llosa

Grupo de Facebook promueve acto vandálico e incivilizado
Luego de que los resultados de la segunda vuelta del 5 de junio se conocieran, muchas cosas sucedieron en el Perú, entre festejos de unos y lamentos de otros. Unas personas han creado un grupo en Facebook que propone quemar libros de Mario Vargas Llosa en protesta porque el Premio Nobel de Literatura apoyó la candidatura de Ollanta Humala.
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Quema de Libros del Nobel Mario Vargas Llosa

 

Lo verdaderamente llamativo no es que una persona se decidiese a crear este grupo llamado Quema de Libros de Mario Vargas Llosa, sino que el número de participantes y la cantidad de comentarios negativos y hasta insultantes contra el escritor crezcan día a día en número y en virulencia.

Entre los comentarios más circunspectos resaltan: “Mario Vargas Llosa no ha pensado nunca en el Perú, solo en sus propios intereses y rencores. No se merece respeto por parte de ningún peruano que sí quiere que su país siga creciendo”.

Otro: “Es increíble cómo se puede llegar a apoyar a alguien aun en contra de lo que creemos, solo por odio y rencor, y, lo peor, hacer creer a la gente que es la mejor opción sabiendo que no lo es. Mario Vargas Llosa eres un mentiroso y un traidor de tus propios principios”.

Otro más: “La quema de libros de Mario Vargas Llosa es una lección para aquellos que no son consecuentes con sus posiciones. La quema de cualquier libro atenta contra la cultura, pero el atentado que ha sufrido el Perú con Mario Vargas Llosa y su hijito (Álvaro) es mayor porque atenta contra la moral (…) Cómo puede decir que, una vez terminadas las elecciones, también terminó su trabajo”.

Otros participantes del colectivo repudian el hecho de que, mientras los peruanos sufragaban ese domingo 5 de junio, Vargas Llosa, que jugó un rol relevante en la campaña, no participara también con su voto y se quedase en Madrid, firmando sus libros ante una larga cola que esperó por él durante horas en el Parque del Retiro.

En la descripción del grupo, el creador manifiesta: “Este grupo es considerado violento, pero queremos demostrar lo contrario invitándolos a participar de esta manifestación no violenta en contra del escritor Mario Vargas, que en un acto de odio y revanchismo decidió influenciar en las votaciones (…). Este no es un grupo político, sino un grupo de ciudadanos peruanos con un interés en común”.

Todas estas personas repudian el hecho de que Mario Vargas Llosa apoyase a Ollanta Humala aun en contra de sus ideas liberales cuando es evidente que el recién elegido presidente está más cerca de ser un comunista o un izquierdista que un liberal.

Estas personas recuerdan que hace unos meses Vargas Llosa llamó a Ollanta “el cáncer o el sida”, y consideran que el escritor no apoyó al candidato por convicción o porque creyese que Humala realmente desechó sus ideas radicales, sino por odio o rencor contra Keiko Fujimori por haber perdido las elecciones de 1990 contra su padre.

Es posible que Mario Vargas Llosa se haya equivocado en su decisión de apoyar a Ollanta. Es también posible que, cegado por el rencor o el odio o alguno de esos sentimientos oscuros que no son ajenos a ningún ser humano aunque sea muy inteligente o talentoso, Vargas Llosa se haya lanzado a apuntalar a Humala aun cuando las ideas de ambos se encontraban en los extremos opuestos.

Pero los intelectuales y los escritores también se equivocan, aunque ellos crean que no. Los Premio Nobel también se equivocan. Y ellos también sucumben al odio, al rencor y a peores sentimientos. Y Mario Vargas Llosa, vaya que se ha equivocado, como cuando en un principio apoyó a Castro y luego a Velasco. Pero después tuvo la suficiente honestidad intelectual para recular y se transformó en un feroz crítico de Velasco y de Castro y también de Hugo Chávez.

¿Por qué, entonces, decidió apoyar a Humala cuando unos años antes el candidato de Gana Perú había declarado su admiración por cada uno de esos dictadores? Nadie sabe con certeza. Lo que es probable es que, en unos años, Vargas Llosa se convierta también en un crítico de Humala cuando este cometa las tropelías que el 49% de peruanos teme que va a cometer una vez que asuma el poder en unas semanas.

Pero no es culpa de Mario Vargas Llosa que Humala ganase las elecciones. Tampoco es culpa de los intelectuales ante los cuales Humala juró ante la Biblia. Ni es culpa de los escritores que, días antes de las elecciones, respaldaron su candidatura. Tampoco es culpa de Keiko Fujimori o de Alberto Fujimori o de Jaime Yoshiyama. Ni de Toledo ni de Castañeda ni de PPK.

Ollanta tuvo un notable equipo de asesores y publicistas que le dijo exactamente qué ropa debía ponerse para cada ocasión, qué gestos debía hacer, cómo debía sonreír, el tono de voz que debía emplear y las palabras que debía usar. Y Humala les hizo caso al pie de la letra. Es probable que el único mérito del electo presidente, por el momento, sea haber obedecido las órdenes de su comando de campaña, como buen militar, sin dudas ni murmuraciones.

La estrategia eficaz de este comando de campaña ocasionó que una mayoría de peruanos creyese en el cambio de Ollanta. Si asumimos que Vargas Llosa no apoyó a Humala por odio o rencor a los Fujimori, entonces el escritor también se dejó convencer por él.

Pero eso en ningún caso amerita que un grupo de personas promueva la quema de sus libros. Aunque estén muy equivocadas o vayan en sentido contrario de los razonamientos y las conclusiones de uno, las ideas ajenas se rebaten y se combaten también con ideas. Promover la quema de libros es un acto grotesco, vandálico, incivilizado.

Los libros no se queman. Los libros se leen, se comentan, se dejan a medio camino si son demasiado malos o aburridos, se releen si son buenos o entretenidos, se prestan, se regalan, incluso pueden ser birlados de las librerías o de los supermercados si son demasiado caros o si uno quiere entretenerse un rato.

Pero en ningún caso los libros se queman. Ni siquiera si el autor ha sido demasiado inepto y no ha conseguido entretenernos o sorprendernos o emocionarnos. Y mucho menos si son libros de Mario Vargas Llosa, sin duda el novelista peruano más hábil y uno de los más hábiles en lengua hispana de todos los tiempos.

Después de las elecciones, algunas personas parecen haber olvidado las declaraciones de respeto y admiración que le dirigieron a Mario Vargas Llosa cuando ganó el Premio Nobel de Literatura 2010. Entonces era un héroe, el máximo orgullo del Perú. Ahora es un traidor a la patria, casi una rata.

Mario Vargas Llosa ganó el Premio Nobel gracias al esfuerzo y a la disciplina con que asumió su trabajo a lo largo de cincuenta años. En el Perú nadie le regaló nada. Nunca. Si en estas elecciones procedió por convicción o guiado por el rencor o el odio hacia Alberto Fujimori, solo él lo sabe. Si se equivocó o acertó al apoyar a Humala, sólo el tiempo lo dirá.

Cualquiera que se haya manifestado a favor de una u otra candidatura por cuestiones estrictamente de conciencia, sin tomar en consideración intereses o emociones o sentimientos personales, sino pensando en el futuro del país, es digno de respeto y no debiera ser insultado o descalificado ni se debiera promover la quema de sus libros.

Es probable que, en unos años, cuando Humala haga exactamente todo aquello que, con la mano en la Biblia, juró no hacer ante un grupo de intelectuales, con Mario Vargas Llosa mirándolo desde una pantalla gigante, entonces el genial escritor evalúe si su accionar en esta campaña fue limpio o estuvo contaminado por emociones subalternas.

El día que Ollanta, vestido con saco y corbata, posó su mano en la Biblia y realizó una serie de juramentos que nadie le había pedido que hiciera, algunos se convencieron con una sonrisa de que Humala había cambiado y de que ya no haría todas las cosas que cinco años atrás había prometido hacer. Ese día, al verlo, otras personas confirmaron con un gesto de pesar lo que ya sabían: Ollanta Humala mentía.

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COMENTARIOS
12 comentarios      
Pero no todo es color negro...Aquí hay prueba de ello, una página en contra de toda quema de libros, que informa sobre la obra de nuestros escritores. ¡Bien por este esfuerzo!, me consta que tenemos muy buenas noticias que dar al mundo, lamentablemente la costumbre es el escándalo y lo bueno, valioso de esta vida nunca usa ese vehículo, las buenas obras van calladas porque estás preocupadas en serlo. Aquí la página, que pueden visitar libremente : http://www.facebook.com/home.php?sk=group_216541601713659&id=217848708249615 ..
18 de junio 2011
http://www.facebook.com/home.php?sk=group_216541601713659
No a la quema de libros de Mario Vargas Llosa.
18 de junio 2011
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES UN DERECHO QUE PERMITE EMITIR OPINIÓN SOBRE CUALQUIER TEMA, INCLUSO HASTA LA BÁRBARA ESTUPIDEZ DE PROPONER LA Q
21 de junio 2011
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES UN DERECHO QUE PERMITE EMITIR OPINIÓN SOBRE CUALQUIER TEMA, INCLUSO HASTA LA BÁRBARA ESTUPIDEZ DE PROPONER LA Q
21 de junio 2011
QUEMA DE LIBROS QUIEN QUIERA QUE FUERE EL AUTOR....ESTE HECHO MEDIEVAL PROPIO DE LA INQUISICIÓN NO CUADRA EN ÉPOCA, ADEMÁS NADIE TIENE EL DERECHO NI LA CAPACIDAD DE JUZGAR A NADIE AUNQUE SI SUS ACCIONES, HUMALA AÚN NO HA GOBERNADO ¿QUÉ ACCIONES QUIEREN JUZGAE...? ¡DEJEN QUE EL HOMBRE HAGA SU TRABAJO PARA VER SI ES BUENO O MALO! O ES QUE SON TAN OBTUSOS QUE RESPALDAN LA GESTIÓN DE FUJIMORI Y ALAN GARCÍA
21 de junio 2011
La quema de libros es un acto irracional, estupido a la par que inutil y tan llevado por el odio como lo que se quiere supuestamente combatir. Jamas estuve de acuerdo con Vargas LLosa en su "cambio" de apreciacion con respecto a Ollanta Humala y el apoyo incondicional a su candidatura, pero quemar sus libros me parece un retorno a las cavernas, por que a fin de cuentas sus ideas seguiran en pie y dudo que esto le haga cambiar su manera de pensar. Viendo el asunto desde otro angulo, si Keiko Fujimori perdio las elecciones no fue por culpa de Vargas LLosa, sino por culpa de sus malos "ASESORES"
21 de junio 2011
BUENO QUE SE PUEDE ESPERAR DE UN INFELIZ COMO VARGAS LLOSA QUE ESCRIBIO ESTO DE HUMALA, EVO MORALES Y DEL MAL NACIDO DE CHAVES, RELEANLO POR FAVOR, INCLUYO LA NOTA Y SI ALGUIEN DUDA CHEQUEEN LA FUENTE
22 de junio 2011
Tampoco Evo Morales es un indio, propiamente hablando, aunque naciera en
una familia indígena muy pobre y fuera de niño pastor de llamas. *
La gira por Europa de Evo Morales, presidente electo de Bolivia, que dentro
de unos días asumirá la primera magistratura de su país, ha sido un gran
éxito mediático.

Su atuendo y apariencia, que parecían programados por un genial asesor de
imagen, no altiplánico sino neoyorquino, han hecho las delicias de la prensa
y elevado el entusiasmo de la izquierda boba a extremos orgásmicos.
Pronostico que el peinado estilo "fraile campanero" del nuevo Mandatario
boliviano, sus chompas rayadas con todos los colores del arcoiris, las
casacas de cuero raídas, los vaqueros arrugados y los zapatones de minero se
convertirán pronto en el nuevo signo de distinción vestuaria de la progresía
occidental. Excelente noticia para los criadores de auquénidos bolivianos y
peruanos y para los fabricantes de chompas de alpaca, llama o vicuñas de los
países andinos, que así verán incrementarse sus exportaciones.

Lo que más han destacado periodistas y políticos occidentales es que Evo
Morales es el primer indígena que llega a ocupar la Presidencia de la
República de Bolivia, con lo cual se corrige una injusticia discriminadora y
racista de cinco siglos cometida por la ínfima minoría blanca contra los
millones de indios aymaras y quechuas bolivianos. Aquella afirmación es una
flagrante inexactitud histórica, pues por la Presidencia de Bolivia han
pasado buen número de bolivianos del más humilde origen, generalmente
espadones que habiendo comenzado como soldados rasos escalaron posiciones en
el Ejército hasta encaramarse en el poder mediante un cuartelazo, peste
endémica de la que Bolivia no consiguió librarse sino en la segunda mitad
del siglo XX. Para los racistas interesados en este género de estadísticas,
les recomiendo leer Los caudillos bárbaros, un espléndido ensayo sobre los
dictadorzuelos que se sucedieron en la Presidencia de Bolivia en el siglo
XIX que escribió Alcides Arguedas, historiador y prosista de mucha garra,
aunque demasiado afrancesado y pesimista para el paladar contemporáneo.

No hace muchos años parecía un axioma que el racismo era una tara peligrosa,
que debía ser combatida sin contemplaciones, porque las ideas de raza pura,
o de razas superiores e inferiores, habían mostrado con el nazismo las
apocalípticas consecuencias que esos estereotipos ideológicos podían
provocar. Pero, de un tiempo a esta parte, y gracias a personajes como el
venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales y la familia Humala en el
Perú, el racismo cobra de pronto protagonismo y respetabilidad y, fomentado
y bendecido por un sector irresponsable de la izquierda, se convierte en un
valor, en un factor que sirve para determinar la bondad y la maldad de las
personas, es decir, su corrección o incorrección política. Plantear el
problema latinoamericano en términos raciales como hacen aquellos demagogos
es una irresponsabilidad insensata. Equivale a querer reemplazar los
estúpidos e interesados prejuicios de ciertos latinoamericanos que se creen
blancos contra los indios, por otros, igualmente absurdos, de los indios
contra los blancos. En el Perú, don Isaac Humala, padre de dos candidatos
presidenciales en las elecciones del próximo abril ?y uno de ellos, el
teniente coronel Ollanta, con posibilidades de ser elegido? ha explicado la
organización de la sociedad peruana, de acuerdo a la raza, que le gustaría
que cualquiera de sus retoños que llegara al Gobierno pusiera en práctica:
el Perú sería un país donde sólo los "cobrizos andinos" gozarían de la
nacionalidad; el resto ?blancos, negros, amarillos? serían sólo "ciudadanos"
a los que se les reconocerían algunos derechos. Si un "blanco"
latinoamericano hubiera hecho una propuesta semejante hubiera sido
crucificado, con toda razón, por la ira universal. Pero como quien la
formula es un supuesto indio, ello sólo ha merecido algunas discretas
ironías o una silenciosa aprobación.

Llamo a don Isaac Humala un "supuesto" indio, porque, en verdad eso es lo
que han dictaminado que es sus paisanos del pueblecito ayacuchano de donde
la familia Humala salió para trasladarse a Lima. Una socióloga fue
recientemente a husmear los antecedentes andinos de los Humala en aquel
lugar, y descubrió que los campesinos los consideraban los "mistis" locales,
es decir los "blancos!, porque tenían propiedades, ganados y eran, cómo no,
explotadores de indios.

Tampoco el señor Evo Morales es un indio, propiamente hablando, aunque
naciera en una familia indígena muy pobre y fuera de niño pastor de llamas.
Basta oírlo hablar su buen castellano de erres rotundas y sibilantes eses
serranas, su astuta modestia ("me asusta un poco, señores, verme rodeado de
tantos periodistas, ustedes perdonen"), sus estudiadas y sabias ambigüedades
("el capitalismo europeo es bueno, pues, pero el de los Estados Unidos no lo
es") para saber que don Evo es el emblemático criollo latinoamericano, vivo
como una ardilla, trepador y latero, y con una vasta experiencia de
manipulador de hombres y mujeres, adquirida en su larga trayectoria de
dirigente cocalero y miembro de la aristocracia sindical de su país.

Cualquiera que no sea ciego y obtuso advierte, de entrada, en América
Latina, que, más que raciales, las nociones de "indio" y "blanco" (o "negro"
o "amarillo") son culturales y que están impregnadas de un contenido
económico y social. Un latinoamericano se blanquea a medida que se enriquece
o adquiere poder, en tanto que un pobre se cholea o indianiza a medida que
desciende en la pirámide social. Lo que indica que el prejuicio racial ?que,
sin duda, existe y ha causado y causa todavía tremendas injusticias? es
también, y acaso sobre todo, un prejuicio social y económico de los sectores
favorecidos y privilegiados contra los explotados y marginados.

América Latina es cada vez más, por fortuna, un continente mestizo,
culturalmente hablando. Este mestizaje ha sido mucho más lento en los países
andinos, desde luego, que, digamos, en México o en Paraguay, pero ha
avanzado de todos modos al extremo de que hablar de "indios puros" o
"blancos puros" es una falacia. Esa pureza racial, si es que existe, está
confinada en minorías tan insignificantes que no entran siquiera en las
estadísticas (En el Perú, los únicos indios "puros", serían, según los
biólogos, el puñadito de urus del Titicaca). En todo caso, por una razón
elemental de justicia y de igualdad, los prejuicios raciales deben ser
erradicados como una fuente abyecta de discriminación y de violencia. Todos,
sin excepción, los de blancos contra indios y los de indios contra blancos,
negros o amarillos. Es extraordinario que haya que recordarlo todavía y,
sobre todo, que haya que recordárselo a esa izquierda que, arreada por
gentes como el comandante Hugo Chávez, el cocalero Evo Morales o el doctor
Isaac Humala están dando derecho de ciudad a formas renovadas de racismo.

No sólo la raza se vuelve un concepto ideológico presentable en estos
tiempos aberrantes. También el militarismo. El presidente de Venezuela, Hugo
Chávez, acaba de hacer el elogio más exaltado del general Juan Velasco
Alvarado, el dictador que gobernó el Perú entre 1968 y 1975, cuya política,
ha dicho, continuará en el Perú su protegido, el comandante Ollanta Humala,
si ganase las elecciones.

El general Velasco Alvarado derribó mediante un golpe de Estado el gobierno
democrático de Fernando Belaunde Terry e instauró una dictadura militar de
izquierda que expropió todos los medios de comunicación y puso los canales
de televisión y los periódicos en manos de una camarilla de mercenarios
reclutados en las sentinas de la izquierda. Nacionalizó las tierras y buena
parte de las industrias, encarceló y deportó a opositores y puso fin a toda
forma de crítica y oposición política. Su desastrosa política económica
hundió al Perú en una crisis atroz que golpeó, sobre todo, a los sectores
más humildes, obreros, campesinos y marginados, y el país todavía no se
recupera del todo de aquella catástrofe que el general Velasco y su mafia
castrense causaron al Perú. Ese es el modelo que el comandante Chávez y su
discípulo el comandante Humala quisieran ?con la complicidad de los
electores obnubilados? ver reinstaurado en el Perú y en América Latina.
Además de racistas y militaristas, estos nuevos caudillos bárbaros se jactan
de ser nacionalistas. No podía ser de otra manera. El nacionalismo es la
cultura de los incultos, una entelequia ideológica construida de manera tan
obtusa y primaria como el racismo (y su correlato inevitable), que hace de
la pertenencia a una abstracción colectivista ?la nación? el valor supremo y
la credencial privilegiada de un individuo. Si hay un continente donde el
nacionalismo ha hecho estragos es América Latina. Esa fue la ideología en
que vistieron sus atropellos y exacciones todos los caudillos que nos
desangraron en guerras internas o externas, el pretexto que sirvió para
dilapidar recursos en armamentos (lo que permitía las grandes corrupciones)
y el obstáculo principal para la integración económica y política de los
países latinoamericanos. Parece mentira que, con todo lo que hemos vivido,
haya todavía una izquierda en Latinoamérica que resucite a estos monstruos
?la raza, la bota y el nacionalismo? como una panacea para nuestros
problemas. Es verdad que hay otra izquierda, más responsable y más moderna
?la representada por un Ricardo Lagos, un Tabaré Vásquez o un Lula da Silva?
que se distingue nítidamente de la que encarnan esos anacronismos vivientes
que son Hugo Chávez, Evo Morales y el clan de los Humala. Pero, por
desgracia, es mucho menos influyente que la que propaga por todo el
continente el Presidente venezolano con su verborrea y sus petrodólares.

*(c) Mario Vargas Llosa, 2006.**
**(c) Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados **
a Diario El País, SL, 2006.*
22 de junio 2011
ESTE PERSONAJE FUNESTO PARA EL PERU CREE QUE ES DUEÑO DE LA VERDAD Y OJALA AHORA AL IGUAL QUE EL INDIO DE TOLEDO SEPAN A DONDE MANDARON AL PERU,ESPEREMOS QUE EL SR HUMALA SEA MAS DE LO QUE APARENTAY TENGA UN GRAMO DE AMOR POR EL PERU QUE NO MERECE A UN SUJETO COMO EL QUE CALIFICA EL SR. VARGUITAS..... PALABRAS CON LA QUE ESE ESCRITORCITO LO CALIFICABA
22 de junio 2011
AHORA NO SE OLVIDEN QUE EL GRAN ESCRITOR ALABABA AL GENERAL JUAN VELAZCO ALVARADO CUANDO JOVEN, SI NO REVISEN LA, HISTORIA DE LOS 60 Y 70, Y REVISEN QUE ESE ASQUEROSO MILITAR PROMOVIO LAS ESCUELAS POPULARES QUE DESPUES EL GRAN PRESIDENTE GONZALO USO CONTRA EL PERU.
POR ESO DEMOSLE GRACIAS AL ESCRITORCITO
22 de junio 2011
YO NO ME MOLESTARIA EN QUEMAR LIBROS, LOS USARIA DE PAPEL HIGIENICO, CLARO CON EL PELIGRO DE ENVENENAR ...........BUENO USTEDES YA SABEN QUE
22 de junio 2011
porque no quemamos mejor las biblias?
22 de junio 2011
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