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Viernes 29 de marzo 2024   |   Contáctenos
REVISTA

"GANAMOS RECORD GUINNESS DE INSEGURIDAD EN CARRETERAS"

Entrevista a Juan Tapia Grillo, Presidente del CIDATT
Durante algunas semanas los constantes accidentes en vías rurales y urbanas pusieron en la mira de la opinión pública la crítica situación del transporte en el país. Hoy, los accidentes parecen haber disminuido, sin embargo, el tema no debe ser netamente coyuntural, sino por el contrario, analizarlo desde la raíz para encontrar una solución.

Entrevistamos a Juan Tapia Grillo, presidente del Centro de Investigación y de Asesoría del Transporte Terrestre (CIDATT) quien nos dio importantes luces sobre el tema. De esta manera, Gener@cción aporta en la solución de este problema con información crítica y analítica que debe ser tomada en cuenta por las autoridades.
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'GANAMOS RECORD GUINNESS DE INSEGURIDAD EN CARRETERAS'
¿Cuáles son los principales resultados del estudio realizado por la CIDATT sobre la crisis del transporte en el país?
Hemos realizado dos trabajos. En el primero hacemos una comparación estadística de los accidentes que se producen en Perú versus otros países o ciudades del mundo, con el propósito de darle una magnitud a la gravedad de lo que significan los accidentes de tránsito y los impactos que tienen sobre la salud y la vida. Resulta entonces que mientras en Chile el promedio es de siete muertos por cada 10 mil vehículos y en Argentina es un promedio de seis, en el  Perú la cifra es de 25 muertos. En Estados Unidos o Alemania, el promedio es de un muerto por cada 10 mil vehículos. Esta comparación se hace para diferenciar que a pesar que nuestro país es de baja motorización, tiene altísimos impactos en la accidentalidad de la vida y la muerte, lo que nos está llevando a que tengamos 3 mil 500 muertes en promedio por año, más de 50 mil personas heridas (en el 2007 llegaron a 60 mil) y donde el componente más alto de afectados son los peatones.
 
Pero estas cifras no son datos muertos. ¿Qué evidencian?
Por un lado lo que se evidencia en el Estado peruano es la incapacidad de controlar un mal, que no solamente corresponde a este gobierno sino a muchos gobiernos, en términos que como país no se puede resolver un tema de causa efectiva como es el accidente de tránsito. Podríamos pronosticar que año a año se mueren 3 mil 500 personas y en 10 años 35 mil y que año a año hay 50 mil heridos y en 10 años 50 mil personas afectadas, es un problema muy grave.
 
Estos resultados sirven para conocer el estado actual del transporte y los accidentes, ¿De qué otra forma pueden servirnos?
Cuando nos encontramos con esta comparación estadística resolvemos que tenemos pocos autos comparado con otros países, pero tenemos también muchísimos más accidentes. Entonces  nos vimos en la necesidad de hacer una necropcia del accidente y averiguar qué es lo que está pasando. Por definición el accidente significa “algo accidental o eventual”, pero lo que ocurre en el Perú ya no lo es, sino es algo recurrente que pasa constantemente tanto así que podríamos decir que es un virus incerto en la sociedad y mientras no lo matemos será muy dificil resolver el problema.
 
¿Qué características tiene este “virus”?
Encontramos un virus que se llama “falta de autoridad”. Los no técnicos pueden fácilmente evidenciar que en la ciudad o en el resto del país cualquiera puede hacer lo que le venga en gana y no pasa nada; y que con vergüenza, este mismo virus infectado en peruanos desaparece cuando cruzan la frontera con Chile o con otros países. Es como si el simple aire de otro país neutralizara el virus, porque en ese lugar sí se comportan y cumplen las reglas. Igual pasa en Estados Unidos, cuando llega el mismo peruano infeccioso se porta bien, cumple las normas. Encontramos el  componente de falta de autoridad y donde las infracciones no sirven para nada porque hace diez años se aplicaban 100 infracciones por cada mil vehículos y ahora se aplican 800 pero pareciera que las infracciones hubieran servido para matar a más gente, porque hay más accidentes, más muertes y más heridos. Esto nos demuestra que el sistema infraccionario ha sido diseñado para recaudar pero no para corregir ni disminuir accidentes.
 
¿Y cuál es el antídoto para este mal?
El gran antídoto al virus que se llama “falta de autoridad”, es el cambiar el régimen infraccionario que debe restringir más la mala conducta que recaudar. En una sociedad primitiva donde muere tanta gente y parece importar tan poco, no podemos ponerle precio a la mala conducta o malas actitudes. Es más importante ponerle medidas correctivas. Paris Hilton, con todo el dinero que tiene en el mundo, estuvo 45 días en la cárcel por manejar ebria, sin importar su dinero ni la multa o fianza, lo importante era que tenía que ser castigada; esto es algo que en el Perú no sucede. Hay elementos estructurales que están contribuyendo a matar a la gente.
 
¿De qué otros elementos hablamos?
Encontramos que “cualquier cosa” puede circular en el país. Cualquier cosa que tenga cuatro ruedas circula y no importa cómo. Hemos encontrado que de cada 10 station wagon con timón cambiado, siete han sido responsables de muertes. Si por un lado hay una falta de autoridad y por otro lado otro virus que permite circular cualquier vehículo en las calles, el resultado es un desplazamiento social elevado porque se matan cabezas de familia, personas que tienen hijos, esposas, padres, la familia rompe su esquema estructural. Hay que tener en cuenta que de cada 10 personas muertas siete son peatones. ¿Qué nos quiere decir esto?, que las personas que están muriendo no son las que chocan los vehículos, sino quienes caminan por la vereda. De una manera sínica social hemos decretado la pena de muerte para el peatón distraído porque la prensa y todo el mundo dice “el peatón se distrajo”. No tenemos pena de muerte para los violadores, pero sí para los peatones distraídos. Esto no puede ser aceptado socialmente.
 
Se habla de responsabilidad en el Gobierno, en los transportistas, en los empresarios. Sin embargo, es una responsabilidad conjunta que abarca varias aristas…
Efectivamente, por ejemplo tenemos también un tercer virus: la enfermiza actitud de muchos alcaldes de ampliar vías pensando en los carros y no en los peatones. Solo el cuatro por ciento de la población tiene un auto, pero pensamos en el automovilista y nos olvidamos de la gente. Es casi monótono escuchar “Vamos a ampliar pistas” y es monótono el silencio de “Vamos a ampliar veredas”. Por eso la gente camina cada vez más en las pistas, porque no tiene veredas. La gran conclusión es que tenemos que repensar las ciudades porque pareciera que en esta enfermiza actitud de pensar solo en el vehículo y velocidad, nos hemos olvidado de los ciudadanos que necesitan vivir en una ciudad y no una autopista. Además hay también una miopía política para entender el tema urbano y esto nos lleva a repensar la ciudad.
 
Ahondemos en el tema de las soluciones.¿Cómo se podría repensar la ciudad?.
Primero debemos reposicionar la autoridad con un sistema de fiscalización que es nulo en las carreteras y la zona urbana.  En el área urbana este reposicionamiento es labor de la Policía Nacional y en lo que es transporte, tenemos a los inspectores municipales de cada municipalidad provincial y el Ministerio de Transporte  con el Plan Tolerancia Cero.
 
Pero el Plan Tolerancia Cero ha demostrado cero eficacia en la solución de la crisis del transporte.
Considero que con este plan ha habido un impacto no deseado de las normas. Los vehículos en peor estado al sentirse controlados en Lima, se fueron a trabajar en provincias, cosa que lógicamente ha generado el aumento de los accidentes. Mientras que en Lima disminuyen los accidentes, en Arequipa, Cusco, Apurímac, Huánuco, etc aumentan. Esto reafirma que primero debe haber un reposicionamiento de la autoridad y no venir con el mito de la educación vial, porque nos están diciendo que tenemos que esperar 30 años para que la gente deje de morir y en 30 años tendríamos que aceptar millones de personas afectadas y miles de muertos. Necesitamos soluciones inmediatas y viables.
 
Habla de reposicionar la autoridad. ¿Parte de esto implica leyes más drásticas? De ser así, ¿no considera que ya existen bastantes leyes drásticas pero el problema es que no se aplican?
Este tema se genera por una necesidad: la de implementar un registro de infracciones. Cualquier persona o autoridad que quiere saber cuantas infracciones tiene una persona, no puede hacerlo, es imposible porque tenemos más de 200 municipalidades provinciales y cada una tiene su propio registro. Si bien la ley contempla la implementación de un Registro Nacional de Infracciones, éste no existe. Esto genera que no conozcamos cuántas personas ha matado un chofer en el país; pudiera ser que es un psicópata que ha matado ya a 20 personas y está libre. La información existe, pero no está ordenada.
Hoy hay información valiosa que maneja el SOAT. Las compañías de seguros podrían sistematizar esta información a través del Consejo Nacional de Seguridad Vial o a través de la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg). Hay formas de hacerlo en el corto plazo de tal forma que se pueda identificar cuantas infracciones ha cometido una persona y cuantos accidentes, de esta forma se aplicarían medidas más drásticas por reincidencia.
 
En este tema también participa el sector empresarial, que usualmente sale bien librado. ¿Cómo hacerles entender también a ellos la importancia de la seguridad vial?
Lo que se hace en otros países es que cuando un empresario de transporte es suspendido en sus labores, se le impide formar otras empresas durante un tiempo determinado. En el caso peruano, uno cancela una empresa de transporte y al día siguiente abre otra con una razón social distinta. Esto no tiene sentido. Tenemos que establecer requisitos de acceso al mercado mucho más estrictos para impedir que personas no calificadas estén al mando de empresas de transporte de seres humanos. Dentro del contexto de fortalecer la autoridad está el crear mecanismos institucionales de fiscalización porque debe haber responsables. El sentir ciudadano es que nadie es responsable cuando en realidad todos lo son, los conductores, los policías, el Ministerio de Transporte, todos son responsables pero nadie acepta la responsabilidad.
 
Finalmente y para tener una ideal global de la situación peruana, en el ranking de posiciones, ¿qué tan mal estamos en el tema de seguridad vial?
No he encontrado a ningún país que esté por debajo de nosotros en este aspecto, inclusive Bolivia está mejor. Hemos ganado el Record Guinness de muertes y de inseguridad en las carreteras. Mientras en los países europeos una persona que cruza la pista obliga a que los autos paren, en Perú, lo matamos. Allá la vida humana está sobre cualquier cosa mientras aquí en una forma social sínica hemos decretado la pena de muerte para el peatón.
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