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SEGURIDAD PARA LOS AMANTES DEL DEPORTE

Branson Sport
Fidel Arias ha transitado por innumerables negocios, siempre en busca de mejores oportunidades, mudando de rubros para no sentirse atrapado en la tediosa rutina. Finalmente se estableció en la línea de accesorios para la prevención y rehabilitación de lesiones ocasionadas por la práctica de deportes. Conozcamos algo más de este peruano emprendedor.
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SEGURIDAD PARA LOS AMANTES DEL DEPORTE

Sólo sabía que se llamaba Fidel. Mi mente empezó a divagar: imposible que te mencionen "Fidel" y no te imagines al histórico y polémico líder cubano, inadmisible no figurarse a un hombre de larga barba y hablar vehemente, con voz autoritaria y con la seguridad que el poder te ofrece. Pero al  tocar la puerta de nuestro Fidel y  no el de los cubanos, grande fue mi sorpresa.

Aquella mañana, Fidel Arias Chaparro estaba bastante ocupado; inmerso entre una montaña de papeles, buscando un escurridizo documento que no encontraba. Ese día atendería diversos asuntos de su empresa Branson Sport Line, compañía con cuatro años dedicada al rubro de artículos de prevención y rehabilitación física para deportistas.

Cuando le indicamos que veníamos a realizar la entrevista, nos respondió con un amable, pero decidido: "No, ahora no puedo, tendrán que disculparme por favor". Me quedé sorprendido y solo atiné a mirar a nuestro fotógrafo, quien me había asegurado que todo estaba coordinado. Intentó convencerlo, pero nada doblegaba la sentencia de Fidel.

Finalmente le dijimos: Entendemos la importancia de sus compromisos, pero nos gustaría que su experiencia sea un ejemplo para todas aquellas personas que quieren emprender y no se atreven.

Inmediatamente Fidel asintió con la mirada, dando a entender que estaba dispuesto a mostrarnos su universo de experiencias. Sin más tiempo que perder, Arias realizó las llamadas respectivas, canceló los diversos compromisos, y se sentó frente a nosotros, dispuesto a resolver todas nuestras interrogantes.

LOS INICIOS DE FIDEL

Fidel Arias vio la luz en el pueblo de Marco, ubicado en la provincia de Jauja, Región de Junín. Terminó la secundaria, y atiborrado de sueños y temores llegó a la capital para continuar sus estudios superiores. Mientras se preparaba para ingresar a la universidad ayudaba a su abuelo vendiendo ropa en Gamarra.

"Ahí me nació la pasión por los negocios, descubrí que se podía ganar dinero sin necesidad estudiar, pero también observé que mi abuelo era empírico y esto lo limitaba; sus ideas, demasiadas clásicas, no le permitían vender más o innovar sus productos", analiza.

Fidel ingresó a la universidad para estudiar ingeniería de minas; sin embargo, a los tres años abandonaría la carrera. "Dejé la ingeniería, porque mientras practicaba en una empresa, veía como muchos trabajadores morían dentro de la mina, y dije: esto no es para mí, y renuncié a la empresa y a la ingeniería".

El espanto que le lo distanció de la minería, lo acercó a los negocios. "Ya tenía conocimiento del comercio y como siempre quise viajar por todo el Perú y conocer el mundo, me preguntaba, ¿cómo lo voy a lograr? Entonces me dijeron que había una profesión en la que se viajaba mucho. Sin más que pensarlo decidí estudiar comercio exterior", recuerda Arias.

EL NEGOCIO COMO PASIÓN

Una característica que define a Fidel es su espíritu inconforme, haciendo de él un eterno migrante, un conocedor de todo el país, un hombre que se ha desplazado por distintos lugares, pero siempre se ha mantenido dentro de una misma pasión: el negocio.

Su primer encuentro con el mundo de hacer empresa fueron las prendas de vestir. "Compraba ropa a los fabricantes y la vendía a los minoristas, de esta manera me pagué la carrera de comercio exterior. Después, investigando, me di cuenta que las plantas medicinales tenían gran demanda por los laboratorios extranjeros, y en el Perú ese era un sector descuidado", rememora.

Empezó a instruirse sobre todo lo relacionado a las propiedades medicinales de las plantas peruanas. Viajó a Pucallpa y se internó en la selva virgen conviviendo con los nativos, de quienes aprendería ese inexplorado universo de bondades curativas que ofrecen las plantas, convirtiéndose en mayorista de plantas medicinales.

A pesar que la suerte le era favorable decidió abandonar la medicina natural e ingresar al negocio de los calzados, comprándolos en Trujillo y vendiéndolos en la selva. "En los años 80, tiempos de la droga; en Pucallpa había dinero en cantidad, cualquier negocio te iba bien, se podía vender hasta piedras, pero era muy arriesgado, a mí varias veces me quisieron matar", confiesa.

Después vendió bolsos, carteras, maletines y billeteras, pero esto también lo terminó fatigando. Entonces, se fue a Huancayo donde vivía su familia, y otra vez empezó a recorrer todo el Perú, vendiendo ropa deportiva, negocio al que se dedicaban sus familiares. Ahí descubrió un nicho de mercado descuidado, casi inexplorado: los accesorios para lesión y rehabilitación de los deportistas.

La idea de fabricar accesorios deportivos aún estaba en ciernes, mientras tanto Fidel recorría el Perú, descubriendo en cada ciudad una nueva oportunidad de hacer negocio, de esta manera, vendió maca en el sur del país; y chompas, a pesar de las burlas de sus compañeros, en el caluroso Piura; sin lugar a dudas Fidel podía convencernos de comprar carbón a precio de oro.

NACE UNA EMPRESA

Finalmente cansado de sus interminables viajes, Fidel decidió concretar la idea de elaborar accesorios deportivos, algo que le permitiera establecerse, porque ya se había casado y tenía tres hijos a quienes deseaba dar estabilidad. De esta manera crea Branson Soprt Line, empresa donde concentraría todas sus fuerzas y experiencia empresarial.

Branson Sport Line elabora productos para la prevención y recuperación de lesiones ocasionadas por la práctica de deportes, son más de 16 productos los  que elaboran, entre ellos rodilleras, canilleras, coderas, muñequeras, tobilleras, suspensores, musieras y tobilleras estabilizadoras.

Los precios de sus productos oscilan entre S/. 5 y S/. 28. Pese a que los productos chinos tienen un precio inferior, Branson Sport ha sabido posicionarse en el mercado nacional, ofreciendo productos de gran calidad y excelente acabado, llegando a ser una de las marcas más solicitadas en las tiendas deportivas. Asimismo, sus productos tienen gran demanda en Bolivia, Chile y Colombia, países donde se exporta.

Branson Sport cuenta con 10 trabajadores, pero la demanda les ha obligado ampliarse a fin de superar las más de 5,000 piezas mensuales que elaboran. Sin embargo, la minuciosidad y precisión que se requiere para elaborar estos productos, suele ser un obstáculo  al momento de seleccionar al personal, pues los productos deben ser precisos, exactos; y muchos trabajadores no se acostumbran a esta exigencia.

Actualmente Branson Sport proyecta abrir distribuidoras en diversas provincias del país; asimismo, pretende aumentar sus exportaciones a países vecinos, y planea duplicar su número de trabajadores. Esto demuestra que toda la experiencia de Fidel se manifiesta en el progreso de su empresa; siendo imposible no pedirle un consejo para quienes desean emprender.

"Un emprendedor debe entender que lo más importante son los clientes, gracias a ellos el negocio prospera. También debemos saber que cualquier producto demora, y no siempre es fácil crecer; debemos tener fe, disciplina y valor para levantarnos cuando nos tropecemos, no rendirnos", señala con gran entusiasmo Fidel, quien poco tenia de dictador y por el contrario mucho de emprendedor.

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