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BRASIL, COLOSO ENERGÉTICO

El sueño de Lula se hace realidad
Nuevos descubrimientos de gas y petróleo convierten al gigante latinoamericano en líder hemisférico desplazando a México y a Venezuela.
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BRASIL, COLOSO ENERGÉTICO

"Contamos con un volumen de petróleo y gas que aun desconocemos, pero debe dar miedo por su magnitud". Con estas palabras al diario español El País una fuente gubernamental brasileña confirmó lo que desde hacía meses era un secreto a voces: Brasil ha pasado a convertirse en la principal potencia energética de América.

 

La noticia, que supone un duro golpe para las aspiraciones mesiánicas de Hugo Chávez, es el mayor cambio geoestratégico en la región en los últimos 100 años e inclinaría, finalmente, la balanza del poder hacia Brasil que por décadas ha disputado el liderazgo con México.

 

El país más grande de América del Sur ha anunciado recientemente el hallazgo de inmensas reservas de petróleo y gas en su franja costera y también la realización de mega proyectos energéticos que, de concretarse, lo harían, por primera vez en su historia, independiente del crudo extranjero y un socio "insuperable" de China y EE UU, las dos potencias mundiales.

 

"El mundo mira con nuevos ojos a Brasil. Estamos listos para asumir el reto", dijo recientemente el presidente Luis Inacio Lula da Silva, el principal responsable de esta "revolución energética" y cuya popularidad entre la población supera el 80  por ciento  –un récord en toda la historia de la República–.

 

Una revolución que deja atrás también los días de la década de los setenta en el que el país importaba el 80 por ciento del combustible que consumía y quitaba dinero que podía destinarse a programas sociales que paliaran la pobreza extrema.

 

A entender de los especialistas, muy pocas veces un país se ve de golpe ante una avalancha masiva de recursos energéticos que puedan cambiar su estructura económica y social de manera significativa.

 

Quizá el caso que más se le acerca es el de Arabia Saudita cuando en la década de los veinte descubrió inmensos yacimientos de petróleo que convirtieron el árido reino en un país donde el dinero "brotaba entre los granos de arena".

 

Brasil, en cambio, es una potencia en recursos hídricos y tiene una vasta llanura amazónica que la convierte en una de las despensas de alimentos más grandes del mundo.  ¿De qué magnitud, entonces, son estos descubrimientos y cuál serán sus efectos entre la población? Aquí algunas respuestas.

 

TOP DE LOS PAISES PETROLEROS

 

Es en el sector petrolero en donde Brasil ha dado un considerable salto cualitativo y cuantitativo. En los últimos años la empresa estatal PETROBRAS anunció el hallazgo de dos yacimientos importantes.

 

Ambos descubiertos en la Bahía de Santos y con reservas estimadas en 41,000 millones de barriles de crudo, que coloca a Brasil en el selecto grupo de países exportadores de petróleo con Arabia Saudita, Irán, Iraq y Venezuela.

 

"Es el mayor descubrimiento de hidrocarburos de los últimos 30 años y el tercer mayor campo del mundo en la actualidad", declaró Haroldo Lima, presidente de la Agencia Nacional de Petróleo de Brasil.

 

Brasil ocupa el lugar 15° en el mundo con reservas probadas de 20,000 millones de barriles. Si se le sumaran los otros 41,000 millones, el país treparía al lugar 9° del ranking mundial, que tiene en los primeros puestos a Arabia Saudita, con 262,700 millones de barriles de stock, y a Irán, con 132,500 millones de barriles.

 

El único inconveniente de los nuevos yacimientos es que se encuentran en las denominadas capas pre-sal, que son áreas de muy difícil extracción por estar a más de 5,000 metros de profundidad.

 

Sin embargo, el buen estado de PETROBRAS no haría tan difícil la tarea. Recientemente la empresa estatal de hidrocarburos anunció su plan de negocios para el periodo 2009-2013 y en el que se reveló una inversión récord de US$ 174,400 millones.

 

Con estas inversiones, PETROBRAS se propone elevar la cantidad de petróleo procesado desde los actuales 1.8 millones de barriles por día (BPD) hasta los 2.3 millones BPD en el 2013 y llegar a supera los 3 millones BDP en el 2020 (con un aumento promedio anual de 4.8 por ciento).

 

La petrolera brasileña es, además, la única en el mundo con un excelente desempeño en producción y productividad lo que ha provocado el aumento sostenido de su cotización en la Bolsa de Valores de Nueva York.

 

Incluso, George Soros, el magnate de origen húngaro y un viejo zorro de los negocios internacionales, compró en el último trimestre del 2008 unas 16 millones de acciones –1.45 por ciento de participación– de la gigante brasileña.

 

"Soros sabe que el precio del petróleo subirá con fuerza en los próximos años y PETROBRAS es la única gran compañía cuya producción puede crecer  cinco por ciento al año", declaró a la cadena británica BBC Herman Landeuix, jefe de investigaciones sobre petróleo y gas en CLSA Ltd. en Singapur.

 

Pero Soros no está interesado sólo en el petróleo que posee PETROBRAS, sino también en la potencialidad de la empresa para ser líder mundial en la producción de combustibles alternativos como el gas y el etanol.

 

GAS, EL NUEVO TESORO

 

Los últimos descubrimientos de yacimientos han aumentado las reservas de gas de Brasil en un 65 por ciento,  algo no conseguido ni siquiera por Venezuela y Bolivia, líderes en ese campo y que por sus políticas progresistas espantan a los inversionistas extranjeros capaces de dar el dinero para mayores exploraciones.

 

PETROBRAS ya anunció que quiere convertirse en un importante jugador en el mercado internacional del gas natural y plantea convertirse en un competidor directo de Bolivia, algo que no es bien visto por el gobierno de Evo Morales.

 

El Jornal do Commercio –una respetada publicación en Brasil–  anunció que PETROBRAS quiere entrar en el mercado del gas natural licuado (GNL) a partir de la construcción de unidades de licuefacción en tierra y almacenamiento de gas hasta el 2013.

 

Según María das Gracas Foster, directora de Gas y Energía de PETROBRAS, "el dinero utilizado en la construcción de unidades saldrá del Plan de Negocios 2009-2013 que prevé inversiones por US$ 10,600 millones. Del total, US$ 5,200 serán destinados exclusivamente en nuevos proyectos.

 

PETROBRAS también planea construir dos terminales de regasificación, ampliar la Terminal de Bahía de Guanabara, así como la finalización de gasoductos que se conectarán al sistema de distribución de gas en todo el país.

 

LIDERAZGO DEL ETANOL

 

Mientras tanto, Brasil también busca confirmar su liderazgo en la producción, distribución y venta de biocombustibles, con el etanol a la cabeza.

 

Según el gobierno, Brasil quiere duplicar sus exportaciones de etanol a US$ 1,300 millones al 2010, frente a los US$ 600 millones en el 2005. Los principales mercados serían Japón y Suecia, países preocupados por los efectos del calentamiento global.

 

Vale recordar que Brasil tiene un gran mercado interno de etanol y que es pionero en su uso, desde fines de los setenta. El 82  por ciento de los vehículos que se fabrican en el país pueden utilizar etanol o gasolina que, a su vez, ya viene mezclada con un 20 por ciento de etanol.

 

Es tal el auge del negocio del etanol, que significa el 16.9 por ciento de la matriz de los combustibles, que la "agroenergía" se está convirtiendo en el sector económico con mayor dinamismo en el país.

 

Según el diario O Estado de Sao Paulo, los capitales extranjeros en el agronegocio, que representaban el 6 por ciento del total de inversiones extranjeras directas brutas en 1996, llegaron a 16 por ciento de total el año pasado, para alcanzar los US$ 3,500 millones.

 

"Cada vez más gente quiere comprar tierras y sembrar caña de azúcar para hacer etanol. Es un negocio redondo, por lo menos, a mediano plazo", declaró al periódico Marcus Regueira, presidente de la Asociación Brasileña Private Equito y Venture Capital.

 

CONSECUENCIAS GEOPOLÍTICAS

 

Ante tales buenas noticias, habría que formularse la siguiente pregunta: ¿Cuáles serían las consecuencias internas y externas para Brasil al convertirse en la locomotora energética del continente americano?

 

En el plano interno, Lula podría aprovechar los ingresos del petróleo y gas para combatir la pobreza que es una lacra que carcome a las naciones del Tercer Mundo. Pero, el gran reto está en saber aprovechar los recursos eficientemente, sin descuidar la diversificación de su economía nacional y más en tiempos de globalización.

 

Brasil tendrá que mirar con reflexión los ejemplos de países como Arabia Saudita, Irán, Irak o Venezuela que dependen en exceso de los ingresos del crudo y que, pese a décadas de explotación, siguen sumidas en la miseria. El petróleo, según entendidos, puede convertirse en una maldición y no una bendición.

 

En el plano externo, Brasil no sólo tomará el liderazgo de Latinoamérica sino que pasará a convertirse en una potencia hemisférica como China, India y Rusia. Estos países ya han manifestado su apoyo explícito a que Brasil tenga un asiento en el Consejo Permanente de las Naciones Unidas, incluso más rápido que Japón, que espera desde hace 30 años por una oportunidad.

 

Respecto a EE UU, la llegada a la presidencia de Barack Obama impulsará como nunca antes la relación con Brasil. Obama ha prometido que su país dejará de ser "rehén" de naciones hostiles que le venden millones de barriles de petróleo y que sustentan a la mayor economía de mundo.

 

El presidente demócrata quiere deshacerse de la dependencia del crudo del Medio Oriente y por ello propone una Alianza Energética de las Américas al que le dará máxima prioridad, según ha declarado la secretaria de Estado Hillary Clinton.

 

El acuerdo, que irá más allá del consabido discurso de apoyo al libre comercio y lucha contra las drogas, será el primero de su tipo entre EE UU y Brasil, que pese a su larga relación no tienen acuerdos de gran envergadura.

 

Cálculos de la Casa Blanca revelan que la unión entre EE UU y Brasil les dará el 70 por ciento de la producción mundial de etanol –unos 15 mil millones de litros anuales– y que la alianza, de US$10,000 millones, beneficiará a países como Colombia, Perú, El Salvador, Guatemala, Honduras, Haití y la República Dominicana.

 

El plan de Obama para reducir la dependencia del petróleo y aumentar el uso de biocombustibles acelerará la construcción de fábricas de etanol. Estimaciones recientes señalan que la demanda en el mercado norteamericano se multiplicará por ocho en los próximos 10 años.

 

PETROBRAS, que puede ayudar en el proceso de industrialización en las ciudades estadounidenses, ya saca cuentas de sus ganancias. La compañía ha recordado que el etanol que produce es 50% más barato y de mejor calidad que el producido en EE UU y que de entrar en el negocio trasferiría la tecnología para su refinación.

 

Por último, la alianza con Brasil permitirá reducir a EE UU su dependencia del petróleo venezolano y protegerse de las decisiones o locuras del presidente Chávez. Venezuela aporta actualmente entre el 11 por ciento y el 15 por ciento del suministro diario de petróleo que llega a EE UU, unos 1.5 millones de barriles diarios.

 

Las reducciones de la compra del petróleo por parte de EE UU, al que Chávez califica como un imperio "maligno", puede provocar un descalabro en la economía venezolana que se enfrenta a una dura crisis por la baja en los precios por barril y la crisis financiera internacional.

 

Lula se lleva bien con Chávez  –se dicen hermanos "revolucionarios"–  pero a la hora de hacer  negocios el brasileño parece preferir al imperio "maligno". De los US$ 16,843 millones que PETROBRAS destinará para inversiones en el extranjero, sólo US$ 8 millones –¡el 0.5 por ciento!– irán a Venezuela. Para EE UU, se destinará US$ 4,513 millones  –¡el 26.79 por ciento!–.

 

Brasil también ha suspendido la construcción del gasoducto del sur, un gigantesco tubo que transportaría gas natural desde el Caribe venezolano hasta la región más austral de Argentina.

 

El proyecto, idea de Chávez, costaría entre US$ 20,000 y US$ 25,000 millones, un monto que en tiempos de crisis es difícil de conseguir. También, el gobierno de Lula vería como algo inútil tratar de hacer participar a Venezuela o Bolivia en un negocio que puede hacer solo gracias a los excedentes de gas en el país.

 

Lula juega ahora en las ligas mayores. Chávez y Evo son nada más que hermanos a los que no se involucra en los grandes negocios.
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