El debate de
En efecto, este es un proyecto de ley que se denomina "Ley General de Trabajo" pero que en mi concepto no debería ser "general" sino una "Ley laboral de
Entonces,
Comencemos por la denominación.
¿Sería mejor entonces que se elaboren distintas leyes para la gran, mediana y pequeña empresa?
Considero que sí porque son realidades distintas. Las medianas y grandes empresas ya están consolidadas con un mercado adecuado que puede hacer frente a mayores exigencias en lo que respecta a derechos y beneficios sociales. Por el contrario, una micro empresa tiene usualmente un escaso capital y requiere un apoyo inicial en capacitación, acceso a financiamiento, facilidades administrativas y obviamente el tema laboral. La pequeña y micro empresa requieren un tratamiento especial desde el punto de vista laboral, hay que ser realistas, es preferible que un trabajador tenga acceso a determinados derechos mínimos a que no tenga nada y que se pase toda su vida laboral con solo el dinero que le pagan por el trabajo realizado. Hay que preguntarnos ¿qué pasará si se enferma?, ¿qué pasará cuando sea mayor y sin soporte de seguridad social para tener una pensión?, ¿quién cargará con eso? Obvio, el Estado. Hay que ser realistas en este tema.
¿Y qué tan cierto considera cuando dicen que
Sí, es verdad, y mucho peor que la estabilidad laboral actual. Hoy tenemos una estabilidad laboral absoluta impuesta por el Tribunal Constitucional a través de fallos vinculantes. Es más, uno de los problemas que tiene esta ley es que por su rango, no podría modificar lo ya establecido por el Tribunal Constitucional que ha dicho, desde mi punto de vista, valiéndose de una interpretación errada de
Teniendo en cuenta esta realidad, ¿cómo se puede sacar del estancamiento a
Sinceramente es muy difícil, ya que el tema de la estabilidad laboral está muy ideologizado, y ese es el problema. Además, desde mi punto de vista, este tema es muy poco realista respecto a los trabajadores, quienes deberían pedir más mercado y oferta de trabajo, porque lo que se necesita son fuentes de empleo y no que este sea permanente y para toda la vida. Para esto necesitamos que el país crezca, que invierta. Es un tema en el que hay mucha ideologización de por medio.
Y en esta carrera trunca, por lo que usted llama una ideologizada estabilidad laboral, se afecta más a los jóvenes que no conocen lo que es gozar de derechos laborales. ¿Esta situación evidencia que el Estado no se está proyectando en este tema?
Este es un problema serio porque cada año se incorporan al mercado laboral aproximadamente 400 mil personas, muchas de ellas jóvenes, que requieren un empleo decente. Para mí, uno de los temas fundamentales del país es la lucha contra la informalidad y considero que el gobierno debe adoptar como una política de Estado enfrentar de manera directa esta realidad. No es fácil, porque debe ser una lucha multisectorial, se tendría que formar una supra comisión, en la que todos los esfuerzos se aúnan y se diseñe una sola política para enfrentar la informalidad que no solamente ataca de manera impresionante a la micro empresa, sino que son millones de trabajadores peruanos que ni siquiera reciben la remuneración mínima vital.
Pero esta informalidad también ataca a otros sectores…
Efectivamente, la informalidad va ascendiendo, porque también la hay en la mediana y gran empresa. Cuando la gran empresa contrata personal bajo locación de servicios, a sabiendas que es un contrato de trabajo, ya es una manera de irse informalizando. Es más, cuando el propio Estado que debe dar el ejemplo, contrata bajo servicios no personales y tiene 60 mil servidores públicos bajo este tipo de servicios sin más derecho que su paga, entonces eso nos está diciendo que hemos llegado a una situación penosa y que se requiere de un gran esfuerzo del Estado para diseñar una gran política, ejecutarla y hacer lo que se deba hacer, incluso cambios constitucionales, porque de lo contrario no saldremos de este entrampamiento.
Pero, ya son más de cuatro años que
Siempre se dice: tenemos un consenso del 90 por ciento, pero precisamente el 10 por ciento restante incluye los temas más álgidos y sensibles. Frente a una situación así, se debería decir "que el gobierno decida", pero el problema es que
De otro lado, ¿cuán positiva puede ser la eliminación de los contratos temporales para la exportación no tradicional?
En este tema hay que tener mucho cuidado. No se puede dejar de decir que la exportación tradicional ha tenido un trato de privilegio desde el punto de vista laboral. En la época del presidente Morales Bermúdez existió la estabilidad laboral absoluta, pero cuando se dieron cuenta que nos habíamos quedado sin reservas, y que la única forma de recuperarlas era exportando, decidieron que esta estabilidad permaneciera, excepto en las empresas de exportación, a las cuales se les permitió que todos los contratos de trabajo del personal, dedicado a la producción de bienes y servicios de exportación, sean a plazo fijo y sin límite de tiempo. Era obviamente el mejor de los mundos para estos trabajadores, una situación de privilegio que tiene ya más de 20 años. Personalmente pienso que se debe ir al núcleo del asunto: no debe haber estabilidad laboral absoluta. El empleador no es un loco para despedir a la gente sin razón, porque crear un puesto de trabajo cuesta dinero, y si resulta supernumerario se le despide, se le paga una indemnización adecuada, así el tema se finiquita como sucede en todos los países del mundo, y esto lo señala la propia OIT.
RECLAMOS Y UTILIDADES
¿Qué opina sobre las diferencias surgidas entre el gobierno, las empresas y empleadores sobre las modificaciones en el reparto de utilidades?
Este tema siempre ha sido promovido debido a algunos excesos ocurridos en la actividad minera, en la que se permite que sus actividades sean realizadas a través de contratistas. Lo que sucede es que los trabajadores de estos contratistas, que son la mayoría y prestan servicios en la unidad minera, no perciben utilidades. Anteriormente nadie las percibía, pero, ahora que ven el boom de la minería y que los precios han subido, consideran injusto que las utilidades se las lleven los empleados administrativos de la empresa principal, porque finalmente ellos son los que se exponen a las enfermedades trabajando en los socavones y sacando los minerales. Desde ese punto de vista, es justo su pedido, pero la solución que se quiere dar a través de un proyecto de ley que está en el Congreso es antitécnica, puesto que las utilidades están pensadas para ser repartidas entre los trabajadores de la empresa, y si ahora se permite la tercerización se debería exigir que los contratistas sean verdaderos empleadores para que puedan afrontar el pago de utilidades. El problema es cuando estos contratistas mineros solo proveen de personal para la actividad y no tienen margen para generar utilidades sino solo de subsistencia.
Entonces ¿qué sería lo técnico?
Que la inspección de trabajo establezca cuáles son verdaderas empresas contratistas y cuáles no. Sin embargo, por no solucionar el problema de fondo lo que quieren hacer es que todas las empresas que tercerizan sus servicios o los intermedian repartan sus utilidades con todos los trabajadores. Eso sería un desastre porque, por ejemplo, en la gran minería tendrán que mezclar las utilidades de sus operaciones menores con las principales, las centrales con las mercerizadas. También habría distorsiones en las ganancias, ya que un sector de trabajadores percibiría más que el otro, dependiendo de la unidad de la empresa a la que pertenezcan. Estas son algunas de las inconsistencias, legislar es muy bonito pero cuando se legisla con inconsistencias técnicas comienzan los problemas.
¿Considera que hay una intención de cubrir este problema de manera superficial?
Superficialmente, pero que a su vez va generar más problemas. El hecho es que por querer solucionar los problemas que aquejan un sector se afecta a todos los sectores de la producción del país.